Una vez más Robert Carlyle demuestra que es uno de los mejores actores británicos cuando hay un director detrás con una propuesta interesante. Este film cuenta la historia de una pareja que sufre las consecuencias de una enfermedad tremenda, que es la esclerosis múltiple (es Robert Carlyle quién enferma), y la dificultad para sobrellevar adelante la relación. El tema de la enfermedad está tocado de una manera cruda y realista, muy bien actuada por parte de Carlyle; el desgaste de la pareja producto de la negación de la enfermedad (algo típico en los enfermos de este tipo) está tratado con sobriedad, sin exageraciones ni sobreactuaciones. El ánimo de Carlyle, quién no puede valerse por sí mismo, y viéndose postrado en una silla de ruedas, se ve socavado por la constante sospecha de la infidelidad de su mujer. Sigo abajo.