Thriller policial y de suspense sobre dos fiscales que investigan, en una casa aislada, y protegidos continuamente por la policía, a un mafioso por diversos casos de corrupción y asesinatos. Pero entre ellos hay un infiltrado.

Esta película, siguiendo el molde de las realizaciones con tonalidades televisivas, nos remite a los ámbitos e incidentes comunes a los de otros productos de similar género, con una puesta en escena defectuosa, un guion esquemático y un ritmo narrativo monótono en su plenitud.

Los personajes, mal interpretados, y con diálogos que rozan la insensatez, aparecen sin evolución psicológica, deambulando por una trama insulsa hilvanada con escenas reiterativas y desprovista de cualquier intriga o emoción.

Un obra –no hace falta extenderse más– aburrida, sin progreso dramático y carente de estilo y de personalidad. Solo nos servirá para echarla, de vez en cuando, un somero un vistazo y al momento, y sin el menor reparo, olvidar.