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España España · Madrid
Voto de Juanma:
10
Romance. Drama Alex y Sergi, una sólida pareja de Barcelona, acaricia la idea de tener un hijo, pero, inesperadamente, Alex consigue una beca de un año en Los Ángeles, lo que supondría un año de relación a 10.000 Km de distancia. (FILMAFFINITY)
3 de junio de 2014
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
10.000 km. es otro debut, en este caso de Carlos Marques-Marcet, del que debería hablarse (y mucho y para bien) en los próximos meses. Vencedora de la muestra malagueña, las virtudes de 10.000 km. no deberían quedarse ahí y trascender hasta alcanzar la todavía lejana temporada de premios del año que viene. Su inicio, un largo, sensible e impoluto plano secuencia en el que asistiremos al despertar cotidiano de la pareja protagonista ya merece todos los elogios por sí solo. Pero la cinta crece a medida que avanza, pues estamos ante un relato preciso, rebosante de un conmovedor realismo, sobre la evolución de una relación sentimental con el obstáculo que supone (a todos los niveles, físicos, sexuales y sobre todo emocionales) la distancia que da nombre a la película. Y a pesar de estar contada a través de varios recursos expresivos, utilizando desde webcams hasta vídeos grabados con móviles y fotos, 10.000 km. resulta una cinta profundamente clásica, que expone sin estridencias un concepto de puesta en escena que rebosa elegancia y sentido del detalle en cada uno de sus elementos.

Sustentada de forma maravillosa en la labor de su pareja protagonista (magníficos, magnéticos, inolvidables ambos, David Verdaguer y Natalia Tena), la cinta alcanza una calidez desacostumbrada, resultando siempre íntima y tierna, pero también muy dolorosa. Aunque, eso sí, no se coarten los momentos más amargos, prima siempre en su conjunto una especie de ‘canto al amor’ y al cariño, que supone un doble mérito cuando además 10.000 km. cuenta cosas que habitualmente son entendidas por el conjunto de la población como perjudiciales para el buen funcionamiento de una relación sentimental: la distancia, en primer plano, pero también los celos o la infidelidad. Por encima de ello, la película demuestra estar cimentada en la ‘verdad’, pudiendo verse casi sin esfuerzo como un reflejo de la vida misma, donde nunca existe sólo el blanco y negro. Cruda, tangible, extraordinariamente bonita, Marques-Marcet ha debutado en el largometraje con uno de los relatos más honestamente románticos que se han visto en los últimos años en una pantalla grande, una película que encima deja poso.
Juanma
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