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España España · Madrid
Voto de Juanma:
5
Comedia. Drama Tras la súbita muerte de su marido, Carmina convence a su hija María de no dar parte de la defunción hasta pasados dos días y así poder cobrar la paga extra que él tenía pendiente. Durante esos dos días esconden el cadáver y disimulan su duelo en la cotidianidad de un bloque de pisos de un barrio humilde de Sevilla. (FILMAFFINITY)
3 de junio de 2014
26 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar del presumible éxito que le podría deparar a Carmina y amén en el certamen, hemos de confesar no encontrarnos en el grupo de fieles defensores del film y es que, aún reconociéndole virtudes aisladas, la cinta se nos presenta un tanto irregular. Con algún que otro gag ciertamente memorable (el que hace referencia a Lady Gaga es de traca, sin duda), esta secuela vuelve a sostenerse sobre el carisma irreductible de su personaje central, pero esta vez León opta por dotarlo de una amargura y hondura que claman por el estremecimiento del espectador, queriendo conquistarlo ya no sólo en las risas, sino también en la emoción. Lo consigue por momentos, incluso le propicia a su cinta un final absolutamente esperanzador, un desvergonzado ‘canto a la vida’. El problema nace en la conjunción de la vertiente casposa que reinaba en la primera película con esta inesperada introspección en el drama. Y es que si el personaje central resulta asumible por igual en sus dos caras, la grotesca y la trágica, no sucede lo mismo con el desarrollo de Carmina y amén.

El chascarrillo parece estar insertado sólo para contentar a los fans de la primera entrega, dilatando en exceso y sin motivo una trama que pedía a gritos algo más de cohesión y no sólo la que propicia la inabarcable presencia de Carmina. Por momentos, algunos pasajes del film parecen sketches independientes, más propios de un late night televisivo que de un producto cinematográfico, algo que al espectador que no casara a la perfección con el planteamiento de Carmina o revienta le llevará irremisiblemente a abrigar la pesadez, por la incontenible sensación de que Carmina y amén dura más de lo que era necesario. No obstante, a pesar de la evidente pérdida de frescura ocasionada por la mayor amplitud de medios, es de alabar en la cinta su apuesta frontal por huir del escatologismo vulgar que poblaba la primera y matizar, madurar, los gags adentrando toda la peripecia en un sano por irreverente humor negro. Algo que, junto a las entonadísimas interpretaciones de sus actrices (Carmina Barrios y María León principalmente, pero también algunas secundarias), se debe contar como la gran virtud de Carmina y amén.
Juanma
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