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Voto de Bosco di Gama:
9
Drama Debido a la imposibilidad de ascender laboralmente, Chin decide buscar otro trabajo. Su ambición contrasta con la de su pareja, un comerciante cuya única pasión es el béisbol y quizá también una antigua novia, con la que se ha vuelto a encontrar en un viaje de negocios en Tokio. (FILMAFFINITY)
31 de agosto de 2019
24 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es sorprendente que ésta película no se haya comentado aún en Filmaffinity, ya no sólo por su calidad artística en si, sino por lo relevante que es en el marco de la nuevas olas del cine oriental durante las décadas de los 80 y 90. En Taiwan -así cómo en Hong Kong o en China- surgió durante mencionadas décadas una generación de directores que empezó a cuestionar y denunciar públicamente el sistema social y político de su país. Con la rápida modernización y transformación socioeconómica del país, el gobierno se había centrado en producir películas populistas teñidas de propaganda política. Enormemente populares eran las películas de acción Kung fu y los melodramas románticos de chico bueno, chico malo y chica guapa. Fueron los directores de la nueva ola los que empezaron a hacer cine humanístico, realista, a poner el dedo en la llaga realizando películas honestas sobre la vida de los Taiwaneses, su lucha contra la pobreza, la autoridad familiar, la presión social y sobretodo, el conflicto existencial de una generación perdida entre los valores tradicionales y la rápida modernización. No lo tuvieron fácil para difundir sus películas en su propio país. El gobierno, al que no le gustó ver las dificultades que sufría su gente, censuró y denunció tales películas acusándolas de revolucionarias y anti-nacionalistas. No fue hasta que sus directores fueron reconocidos a nivel internacional en varios festivales de cine de todo el mundo, que ellos y sus películas fueron finalmente aceptados y alabados en su propio país.

Taipei Story fue una de las primeras producciones de la nueva ola Taiwanesa. En ella se tocan ya todos los temas característicos mencionados anteriormente que hoy definen tales películas. Más simple a nivel argumental, con menor número de personajes, con un ritmo un poco más acelerado y menos contemplativa que otras producciones de sus contemporáneos, Edward Yang realiza aquí una película accesible incluso para quién no está acostumbrado a ese tipo de cine. Sin embargo, la película recompensa al ojo adiestrado ya que la cantidad de matices y sutilezas que abundan en cada escena ayudan a valorar todavía más el enorme trabajo artístico y poético de la obra. El argumento se desarrolla no sólo con lo que se nos muestra explícitamente, sino también con lo que se insinúa y cómo se insinúa. Miradas, silencios y gestos complementan enormemente a una preciosa composición y trabajo de cámara. Lo que al principio se nos presenta inocentemente como una relación entre dos prósperos jóvenes, evolucionará rápidamente hacia una lucha de supervivencia personal contra la sociedad que los rodea, la presión económica, el trabajo y la familia. Al final, muchas preguntas quedan sin respuesta y muchos problemas sin resolver pero uno no puede sentir más que empatía por una gente que no es más que esclava de la sociedad en que le ha tocado vivir, y eso exactamente, es lo que la nueva ola Taiwanesa quería mostrar. Estupendo trabajo.

BdG
Bosco di Gama
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