Haz click aquí para copiar la URL
Voto de antonalva:
5
Drama De madrugada, dos putas de mediana edad vuelven a sus cuchitriles. No están cansadas de trabajar. Están cansadas de no hacerlo. Una tiene problemas con una hija adolescente y un marido travestido. La otra tiene que enfrentare a la soledad. Pero esa noche van a ir a celebrar la victoria en el ring de dos luchadores enanos. En el hotel, para desvalijar a los hombres, los narcotizan con gotas oftalmológicas. Pero están tan asustadas y ... [+]
28 de noviembre de 2015
16 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
La fidelidad a un estilo imperturbable y a unos temas grotescos, habitados por seres insignificantes, perdedores natos sin saberlo, en fin, al melodrama descarnado y punzante es digna de elogio. Pero esta vez Arturo Ripstein ha errado el tiro y nos ofrece un acerado compendio de sus tics y obsesiones pero sembrando a su paso la más soporífera de las indiferencias. Quizás se deba a que el guión de su colaboradora habitual (y esposa), Paz Alicia Garciadiego, resulta plano, torpe, moroso y cansino, sin garra ni fuerza, exangüe y malogrado. Pone en pie dos personajes interesantes – dos rameras añosas y míseras – pero les hace habitar una historia previsible, exhausta, desmayada y triste que no despega nunca y acaba por aletargar al espectador.

Ni siquiera la siempre estimulante presencia de la veterana actriz Patricia Reyes Spíndola consigue salvar la función. Ella encarna con convicción y valentía una figura paradigmática del mundo desalmado y cruel del México marginal, alma estéril y menesterosa impregnada de soledad y fracaso, pero con una dignidad y arrojo dignos de una empresa más fructífera o de mayor calado. Los demás actores cumplen sus cometidos, pero no aportan nada que hagan soportable el sinfín de desgracias, pesadumbres y tribulaciones que se amontonan en la narración como quien apila escombros, detritus o penas. ¡Qué fatiga más insustancial y desgarbada!

Los largos planos característicos de su director aquí resultan deslavazados, gratuitos y superfluos, demorando aún más una trama morosa y deprimida que avanza a pasos de tortuga provecta y achacosa. Se podría alabar la fotografía en blanco y negro que recalca aún más el tono de tristeza exánime de la cinta. Se podría alabar que sus autores fijen la atención sobre personajes marginales y marginados. Se podría alabar el interés y apego que sienten por sus derrotados personajes envueltos en mugre, codicia y ahínco por sobrevivir ante las adversidades. Se podría. Pero lo lamentable es que todas esas mínimas virtudes nos dejan indiferentes y fríos, sin empatizar en ningún momento con las innumerables desdichas, sin emocionarnos con sus empecinados padecimientos. Todo resulta gélido y lejano, vacío y tramposo. Una farsa fallida.

En definitiva, el mero reencuentro con el reconocible mundo desencantado y esperpéntico de su director y guionista no es aliciente suficiente para asistir a la calamitosa y somnolienta proyección de este manual de infortunios. Aprovechen su tiempo en rescatar otras obras de mayor enjundia e interés. Ésta no lo vale.
antonalva
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow