Es difícil saber por donde empezar, si entre lo boludo del guión, las actuaciones que hacen reir cuando tratan de ser dramáticas y llorar cuando quieren ser simpáticas o lo tontamente ofensivo de algunas escenas donde se muestran imágenes de marginalidad y pobreza.

En una época donde se está problematizando y deconstruyendo el género y las relaciones nos llega esta película de hace 15 años atrás con la fórmula minita/chaboncito, bien heterosexual, vetusto y aburrido. No hay ideas, los personajes son todos lineales y nunca se modifican ante nada nunca jamás.

A veces las voces parecen estar dobladas, creería que por la mala dicción de los protagonistas. Franco Masini da muy bien ante cámara pero ni bien trata de actuar la caga. Yamila Saud, simplemente rarisimo todo lo que hace. En un curso de actuación para principiantes nadie pensaría que actuó en su vida.

Un claro ejemplo de gente con plata dándose el gusto de hacer una película y dársela de cineastas.

Ah y hay una escena en cámara lenta en una calesita que es genial para fumarse un porro y reírse un rato.