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Voto de Quatermain80:
7
Drama París, 1942. En la Continental Films, productora alemana que realiza películas en la Francia ocupada, dos hombres se enfrentan al mismo dilema que la mayoría de los franceses: ¿es posible seguir trabajando como si no hubiese cambiado nada o hay que negarse a colaborar y abandonar el país? Uno de ellos oculta su apoyo a la Resistencia trabajando como ayudante de dirección, y el otro es un guionista anticolaboracionista. (FILMAFFINITY)
17 de diciembre de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Triple como el título de esta crítica es el interés de esta larga película de Tavernier. En esta ocasión, el director francés se fija en la historia real de dos hombres del cine galo durante la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial, y a través de sus decisiones y actuaciones retrata no sólo la Historia, sino también dos personales formas de resistencia. De paso se nos muestra el mundillo del cine tal y como se desarrolló bajo tan extraordinarias circunstancias.

Así, uno de los protagonistas, Jean Devaivre, que es ayudante de dirección, opta por trabajar en una productora alemana de la que obtiene el sustento fundamental para su familia, pero ejerce al tiempo de espía infiltrado, robando información a los alemanes. En cambio, el guionista Jean Aurenche decide negarse en redondo a colaborar con esa misma productora, y carente de trabajo, deberá recurrir a la lealtad de sus amigos, y muy especialmente, de sus amantes. Rodeando a los dos personajes se mueve una pléyade de secundarios de enorme variedad; familiares, trabajadores del cine, productores y agentes alemanes, colaboracionistas forzosos y voluntarios, miembros de la resistencia, etc. Ello hace que la película sea rica en posibilidades y caracterizaciones, aunque a veces se produce cierta confusión en el espectador, que debe estar atento para no perderse entre el marasmo de personajes.

En cuanto a la realización hay que alabar la ambientación, que recrea muy bien la época, y la dirección de actores, muy importante en este filme por los motivos anteriormente apuntados. El reparto hace, en líneas generales, un buen trabajo, brillando especialmente Jacques Gamblin, espléndido actor cuya labor ya había podido apreciar anteriormente en la hermosa "Les enfants du Marais" (La fortuna de vivir), de Jean Becker. Más reparos podrían señalarse en cuanto al desarrollo argumental, que comienza repartiendo interés a las historias de los dos protagonistas para después centrarse en uno (Jean Devaivre), abandonando al otro, que acaba un tanto desdibujado. El guión y la fotografía son correctos, pero no brillantes. La película es, por tanto, algo irregular, pero tiene momentos estupendos, como las secuencias que muestran los rodajes, y también, toda la del "vuelo nocturno" seguido de interrogatorio, quizás la más cómica del filme.

Pese a no ser la obra más redonda de su director, "Salvoconducto" merece la pena, pues es un intento ambicioso de reconstrucción de una época, así como de la influencia que los acontecimientos tienen en las personas y de las decisiones que éstas adoptan, que son mostradas en el filme con ecuanimidad y delicadeza.
Quatermain80
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