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Voto de Quatermain80:
8
7,6
1.993
Cine negro
Charlie Davis es un chico de familia humilde que aspira a conseguir la fama en el mundo del boxeo. Aunque su madre y su novia desaprueban su decisión, Charlie se asocia con Robert, un promotor de combates de boxeo, y va perdiendo los escrúpulos poco a poco, llegando a dejarse vencer en un combate amañado. (FILMAFFINITY)
30 de enero de 2010
34 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde la primera secuencia, en la que una cámara colgada de una grúa enfoca un saco de arena mecido por el viento para después girar, atravesar las ramas desnudas de un árbol y descendiendo, mostrar a través de una ventana al protagonista despertando de sus agitados sueños, nos damos cuenta de que nos encontramos ante una película especial, brillante. Pocas veces he visto un comienzo tan espléndido, y menos aún una justificación simbólica tan pertinente para el mismo como la que en este filme se nos muestra.
El mundo del boxeo profesional, con su sordidez, amaños y demás miserias, ha sido llevado en múltiples ocasiones a la gran pantalla; ciertamente, esta película no es la primera que aborda el tema, pero sí podemos afirmar que es el clásico a partir del cual todas las posteriores se han rodado y concebido. Se trata de una de las mejores obras de Rossen, tan sólo superada por "El Buscavidas" y mejor que "El Político", con las que comparte el argumento o tema principal: la búsqueda y obtención del éxito a toda costa por parte del protagonista, seguido de su posterior fracaso, especialmente en el plano ético y moral.
En "Cuerpo y Alma" se conjugan felizmente la eficacia narrativa, de la mano de un espléndido guión de Polonsky, y la brillantez formal, tanto en la elegante realización, como en la hermosa fotografía y veraz ambientación, que recrea garitos, clubes, casas y barrios muy creíbles. Los personajes están bien concebidos, desde Davis (buen Garfield) a Peg (magnífica interpretación de Lilli Palmer), pasando por Ben Chaplin (Canada Lee), que encarna el arquetipo del boxeador derrotado y de destino trágico, así como los demás secundarios, tal vez con la única excepción de Alice (Hazel Brooks), vampiresa demasiado evidente y plana para mi gusto. La música, en la que predominan solos de trompeta y saxo alto en tono de jazz, acompaña discreta y amablemente la narración, que se estructura en tres partes bien diferenciadas; un prólogo y un epílogo en presente inician y concluyen el nudo argumental, presentado por medio de un largo flashback, recurso éste muy propio del cine negro, que nos muestra al protagonista en decadencia para luego retroceder y explicar su ascenso y auge, volviendo al final a retomar su ocaso.
En conjunto, "Cuerpo y alma" se ve como una cinta de boxeo y cine negro que, gracias a su pulso narrativo, a sus personajes bien definidos y a la elegante realización formal, goza merecidamente del prestigio de un clásico, siendo como tal un referente que merece la pena disfrutar. ¡Segundos fuera!
Continúa en spoiler, sin revelar detalles.
El mundo del boxeo profesional, con su sordidez, amaños y demás miserias, ha sido llevado en múltiples ocasiones a la gran pantalla; ciertamente, esta película no es la primera que aborda el tema, pero sí podemos afirmar que es el clásico a partir del cual todas las posteriores se han rodado y concebido. Se trata de una de las mejores obras de Rossen, tan sólo superada por "El Buscavidas" y mejor que "El Político", con las que comparte el argumento o tema principal: la búsqueda y obtención del éxito a toda costa por parte del protagonista, seguido de su posterior fracaso, especialmente en el plano ético y moral.
En "Cuerpo y Alma" se conjugan felizmente la eficacia narrativa, de la mano de un espléndido guión de Polonsky, y la brillantez formal, tanto en la elegante realización, como en la hermosa fotografía y veraz ambientación, que recrea garitos, clubes, casas y barrios muy creíbles. Los personajes están bien concebidos, desde Davis (buen Garfield) a Peg (magnífica interpretación de Lilli Palmer), pasando por Ben Chaplin (Canada Lee), que encarna el arquetipo del boxeador derrotado y de destino trágico, así como los demás secundarios, tal vez con la única excepción de Alice (Hazel Brooks), vampiresa demasiado evidente y plana para mi gusto. La música, en la que predominan solos de trompeta y saxo alto en tono de jazz, acompaña discreta y amablemente la narración, que se estructura en tres partes bien diferenciadas; un prólogo y un epílogo en presente inician y concluyen el nudo argumental, presentado por medio de un largo flashback, recurso éste muy propio del cine negro, que nos muestra al protagonista en decadencia para luego retroceder y explicar su ascenso y auge, volviendo al final a retomar su ocaso.
En conjunto, "Cuerpo y alma" se ve como una cinta de boxeo y cine negro que, gracias a su pulso narrativo, a sus personajes bien definidos y a la elegante realización formal, goza merecidamente del prestigio de un clásico, siendo como tal un referente que merece la pena disfrutar. ¡Segundos fuera!
Continúa en spoiler, sin revelar detalles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Ciertamente, y tal como han apuntado otras críticas, el destino de muchas personas que intervinieron en la realización e interpretación de la película, fue realmente aciago. Polonsky, que se negó a colaborar con el Comité de Actividades Antinorteamericanas, fue vetado, viéndose obligado a emigrar, dejando la industria. Garfield, toda una estrella, fue acusado de simpatías comunistas, e ingresó en la Lista Negra por negarse a colaborar, como Polonsky. Moriría poco después, en 1952, tan sólo doce días después de que lo hiciera, y por igual afección (ataque cardíaco), Canada Lee, antiguo boxeador reconvertido en actor y convencido activista por la igualdad racial, circunstancia que lo hizo sospechoso a los ojos del Comité; también él se negó a declarar, y también fue incluído en la Lista Negra.
Robert Rossen también fue acusado, pero a diferencia de los otros él sí que colaboró; aportó nombres e indicios, y gracias a ello salvó su carrera, dejándonos algunas obras magníficas, como "El Político" o "El Buscavidas". Sin embargo, me pregunto si no se habrá despertado alguna vez en medio de la noche murmurando alguno de esos nombres, y si, como le ocurría al protagonista de "Cuerpo y alma", tuvo entonces la certeza de que su éxito estaba en parte construido sobre la ruina de otros hombres. Acaso también Rossen tenía un saco de arena agitandose en la noche, removiendo su conciencia.
Robert Rossen también fue acusado, pero a diferencia de los otros él sí que colaboró; aportó nombres e indicios, y gracias a ello salvó su carrera, dejándonos algunas obras magníficas, como "El Político" o "El Buscavidas". Sin embargo, me pregunto si no se habrá despertado alguna vez en medio de la noche murmurando alguno de esos nombres, y si, como le ocurría al protagonista de "Cuerpo y alma", tuvo entonces la certeza de que su éxito estaba en parte construido sobre la ruina de otros hombres. Acaso también Rossen tenía un saco de arena agitandose en la noche, removiendo su conciencia.