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Voto de Quatermain80:
9
7,9
1.121
Documental
Al margen de los grandes acontecimientos que narran los filmes precedentes ocurren también otros fenómenos originales, a veces efímeros, incompletos, que recoge la tercera parte. Numerosos sectores de la población y en particular las capas populares que apoyan a Allende organizan y ponen en marcha una serie de acciones colectivas: almacenes comunitarios, cordones industriales, comités campesinos, etc., con la intención de neutralizar el ... [+]
30 de abril de 2012
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta tercera y última parte es mi favorita de "La batalla de Chile", algo que tal vez pueda extrañar teniendo en cuenta que el relato cronológico ya ha concluído en el capítulo anterior y que, por lo tanto, es conocido el trágico final de Allende y su gobierno. Lo que me gusta más de esta última parte es que condensa mejor aún que las anteriores la principal virtud ya señalada del filme: la de constituir un documento directo -pues se elabora al compás de los acontecimientos- que toma a la multitud como sujeto principal del proceso histórico.
Así, la propia película documental se convierte en ejemplo y expresión del poder popular que trata de mostrar a través de sus filmaciones en los cordones industriales, comandos comunales y almacenes populares; más que nunca tienen aquí la palabra los obreros, los campesinos, y las clases populares, hasta el punto de que apenas se reproducen declaraciones de las grandes figuras políticas.
Se analiza, fundamentalmente, la dinámica autogestionaria desarrollada por las clases populares a lo largo del último año del gobierno Allende; paradójicamente, es el órdago de la oposición el que da rienda suelta a las iniciativas obreras, pues al impulsar la huelga del transporte junto con un cierre patronal, provoca que sean los trabajadores industriales, campesinos y clases populares urbanas los que se organicen para mantener en funcionamiento el país. Así, el filme concentra sus esfuerzos en introducirse en los cordones industriales (que coordinan las necesidades y producciones de las fábricas), en mostrar el funcionamiento de los comandos comunales (similares a las comunas chinas), sobre todo en el campo (magnífico el fragmento en que se muestra la crítica que uno de ellos dirige contra un funcionario gubernamental), y en ensalzar la iniciativa para el abastecimiento que constituían los almacenes populares.
Es interesante constatar que el panorama plasmado por el filme es el de un "mundo trastornado", en el que los de abajo han tomado el poder, y empiezan a organizarlo conforme a sus ideas, desplazando a los de arriba. Pero en ese mismo proceso los trabajadores se percatan del principal obstáculo; no es posible transformar la sociedad mientras persista el estado liberal burgués -lo que Marx denominaba la superestructura- y presionarán al gobierno para que rompa con su legalidad. Esta realidad -la contradicción entre un movimiento popular que ha desbordado a su gobierno y el afán de éste por respetar hasta el final las leyes y los procedimientos- la expresan perfectamente y con palabras muy llanas los obreros con cuyas entrevistas concluye el filme. Acaba en spoiler.
Así, la propia película documental se convierte en ejemplo y expresión del poder popular que trata de mostrar a través de sus filmaciones en los cordones industriales, comandos comunales y almacenes populares; más que nunca tienen aquí la palabra los obreros, los campesinos, y las clases populares, hasta el punto de que apenas se reproducen declaraciones de las grandes figuras políticas.
Se analiza, fundamentalmente, la dinámica autogestionaria desarrollada por las clases populares a lo largo del último año del gobierno Allende; paradójicamente, es el órdago de la oposición el que da rienda suelta a las iniciativas obreras, pues al impulsar la huelga del transporte junto con un cierre patronal, provoca que sean los trabajadores industriales, campesinos y clases populares urbanas los que se organicen para mantener en funcionamiento el país. Así, el filme concentra sus esfuerzos en introducirse en los cordones industriales (que coordinan las necesidades y producciones de las fábricas), en mostrar el funcionamiento de los comandos comunales (similares a las comunas chinas), sobre todo en el campo (magnífico el fragmento en que se muestra la crítica que uno de ellos dirige contra un funcionario gubernamental), y en ensalzar la iniciativa para el abastecimiento que constituían los almacenes populares.
Es interesante constatar que el panorama plasmado por el filme es el de un "mundo trastornado", en el que los de abajo han tomado el poder, y empiezan a organizarlo conforme a sus ideas, desplazando a los de arriba. Pero en ese mismo proceso los trabajadores se percatan del principal obstáculo; no es posible transformar la sociedad mientras persista el estado liberal burgués -lo que Marx denominaba la superestructura- y presionarán al gobierno para que rompa con su legalidad. Esta realidad -la contradicción entre un movimiento popular que ha desbordado a su gobierno y el afán de éste por respetar hasta el final las leyes y los procedimientos- la expresan perfectamente y con palabras muy llanas los obreros con cuyas entrevistas concluye el filme. Acaba en spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
A modo de conclusión, cabe decir que la valoración global de esta obra trasciende lo puramente cinematográfico; para quienes tengan un especial interés por la Historia -como es mi caso- es una obra imprescindible e insólita, revolucionaria tanto por lo que cuenta como por el modo en que lo cuenta, o como diríamos en este gremio del que formamos parte -el de aficionados al cine-, por el fondo y la forma. Es el único caso que conozco en el que una obra cinematográfica es capaz de superar las limitaciones del medio -que las tiene, como otros tienen las suyas- para conciliar su valor como documento histórico imprescindible con su carácter de innovador ejercicio de discurso histórico popular.
Pero quizás lo más hermoso de todo es pensar que durante todos aquellos años en los que las alamedas permanecieron cerradas para el hombre libre, muchos otros, aunque no fueran chilenos, pudieron pasear por ellas de la mano de esta película documental, de este impresionante ejercicio de dignidad, merecido homenaje a hombres como Allende, como a los trabajadores a los que representaba, como a ese cámara que la hizo posible y que luego "desapareció"; si de Allende nos quedó el metal tranquilo de su voz, de Jorge Müller Silva siempre nos quedarán sus inquietos e incisivos planos.
"¡Nos vemos, compañeros!"
Pero quizás lo más hermoso de todo es pensar que durante todos aquellos años en los que las alamedas permanecieron cerradas para el hombre libre, muchos otros, aunque no fueran chilenos, pudieron pasear por ellas de la mano de esta película documental, de este impresionante ejercicio de dignidad, merecido homenaje a hombres como Allende, como a los trabajadores a los que representaba, como a ese cámara que la hizo posible y que luego "desapareció"; si de Allende nos quedó el metal tranquilo de su voz, de Jorge Müller Silva siempre nos quedarán sus inquietos e incisivos planos.
"¡Nos vemos, compañeros!"