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Voto de Cero por la boca:
2
Drama Jacques Perrin fue galardonado como mejor actor en el Festival de Cine de Venecia de 1966 por su entregada interpretación de un joven escritor que se vuelve loco. Alienado, neurótico y consumido por la culpa, el personaje interpretado por Perrin reniega de la realidad, de su trabajo y comienza a pensar en el suicidio antes de ser enviado a un manicomio para recibir terapia de shock. Tras escapar de allí, regresa a la casa de su ... [+]
23 de julio de 2015
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vittorio de Seta quiere jugar al atribulado y para eso crea un personaje histriónico y falso que en ningún momento hace que sintamos su desesperación, película más fría que un témpano de hielo.

La historia es de lo más simplona que hay, a saber: todo se reduce a un problema de faldas, el niño triste llora por que le dicen que es "incapaz de amar" ¡oh! pero hay que comprenderlo porque es sensible, muy diferente a su bruta familia que usa escopetas, y su hermano malvado que le roba la hembra en celo, ¡oh! todo es de un melodramatismo barato disfrazado de profundidad, porque al señor de Seta se le ocurre filmarlo todo de forma solemne y teatral, lleno de poses.

Resultado: hace que sientas una indiferencia a lo que le pase a ese histriónico personaje torturado.
Me olvidaba de algo horrible: la música, a cargo del "maestro" Ennio Morricone, que en todo momento quiere remarcarnos los sentimientos de intriga y extrañeza, que en todo momento quiere machacarnos con eso, que quiere que sintamos algo dirigido y forzado, asco.
Cero por la boca
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