Doug Lefler poseído por avatares y designios artúricos y después de leerse la novela de Valerio Manfredi decidió embarcarse en un proyecto (lamémosle así). Pero primero como un coleccionista de cromos colecciona momentos (todos mediocres): un cromo de Gandalf, otro de “Gladiator”, otro de “La leyenda del Zorro” y otro álbum: ese de “Excalibur”.

Después de “King Arthur (El rey Arturo)” pensé que era imposible hacerlo peor. Obviamente, me equivoqué.
Un guión mediocre como pocos puede suponer para alguien quien quiera encontrar un diálogo inteligente la búsqueda del Santo Grial. Todo es farragoso, el avance malo, los recursos flojos y el conjunto lamentable. Visualmente la cinta es una colección de fragmentos de otras y sólo quedan los actores: Colin Firth no es Russell Crowe, Ben Kingsley no es Nicol Williamson y Aishwarya Rai no es Catherine Zeta-Jones.
Gastar más frases en un bluff de la talla de “La última legión” es hacerle hasta un favor.