Oda a la alopecia a la luz de la luna llena. Simplemente… ¡aterradora! Se te empieza a caer el pelo y te preguntas ¡¿qué te tomaste hace 10 años?!

La premisa inicial queda plasmada en un cúmulo de errores de lo más lamentable: nada funciona —ni la torpe secuencia con una maruja-cuchillo-en-mano persiguiendo a unos niños que la torean y mucho menos el momento Increíble Hulk en una disco, aunque al menos demuestra aquello de la música ‘domina’ a las fieras.
Podría ser una comedia negra decente si incluye a un Hare Krishna como protagonista y se preguntase: ‘¿¡cómo sé que me estoy quedando calvo!?’.
Todo parece indicar que la cinta ha sido pagada por asociaciones anti-hippies para crearles remordimientos de conciencia por sus excesos (lo mismo también se les cae el pelo recordando todo aquello que se metieron para su cuerpo).

“Blue Sunshine” es un filme de terror bastante flojo sin encanto y con demasiadas calvas. Lo de los maniquís iba a ser obvio pero tampoco juega como elemento interesante en la puesta en escena. Como tampoco lo hace el travelling retro final que anuncia esos temidos títulos finales diciendo… (tranquilos, que es un spoiler calvo):
«255 dosis de BLUE SUNSINE fueron vendidas en septiembre de1967 y están EN PARADERO DESCONOCIDO…»
¡Qué miedo! Uhhhhhh! Ráscate la cabeza como los villanos de la cinta y pregúntate de nuevo ‘¿se ha hecho una película tan tonta desde 1976?’