«Cuando una se enamora de un hombre casado no debería ponerse rímel»
“El apartamento” de Billy Wilder (1960)

Con cuatro episodios emitidos puedo afirmar que “Enlightened” es la serie reveladora (que no revelación) de la temporada. A priori no figuraba entre los estrenos más insinuantes del otoño de 2011 pero se ha convertido, por méritos propios, en un artefacto de ficción difícil de catalogar. Estamos viendo que las cadenas han realizado apuestas fuertes y apartadas de sus habituales cánones encontrado éxito de público y crítica: “American Horror History” para FX como “Homeland” para Showtime. Pero la pregunta que cabe realizar, al encontrar ciertos modelos que identifican las propuestas anteriores, es qué es “Enlightened”. Y precisamente con su cuarto episodio, que aparta a su personaje principal de esa empresa que tantos disgustos emocionales le provoca, nadie sabe hacia dónde se dirige. En estos tiempos, es un buen síntoma; uno muy bueno… aunque, como todo en esta vida, ¿durará?

El argumento de “Enlightened”, con una excelente Laura Dern que focaliza toda la serie, lo conforman un retal de clichés, prestados y robados de otras series: está el jefe casado con el que se acuesta la protagonista abocándola a un ataque de locura y descenso laboral a los infiernos, tenemos un sótano de informáticos friquis y nerds muy en la onda de “The IT Crowd”, un ambiente laboral snob y elitista en las altas esferas con trepas y falsedades como en toda serie de ‘oficinas’ norteamericana y algún guiño de post-humor a “The Office”, una madre (la propia madre de Dern) que ve el futuro de su hija de 40 años todavía tambaleante y junto al de ella y su tejado en la actualidad y, finalmente, un ex marido vago y drogadicto que ha tocado fondo (Luke Wilson). Amy, la protagonista, lo tocó en ese arrebato de rímel wilderiano y apertura de ascensor abriendo las puertas de su infierno personal. Es el momento de auto-superación y auto-ayuda en un mundo de estrés y locura. ¿Suena horrible? “Enlightened” no lo es.

La serie de Mike White juega a todo: a ser una comedia dramática y vivir entre un cántico ecológico new age y un mundo frío, gris y corporativo entre la locura que esconde ese personaje, que ya es prácticamente inclasificable, y sus arrebatos de tranquilidad que hacen orbitar a los espectadores a su meditación y universo luminoso interno mediante su voz en off. “Enlightened” es una serie difícil e interesante, de rímel fundido en lágrimas y de luz etérea que refleja nuestra propia alma en un mundo cruel donde lo importante es el dinero y no acabar loco. Esperemos que la HBO, al igual que FX y Showtime, sepa manejar ese novedoso y llamativo artefacto que tiene en sus manos.