No pocos temas de bastante entidad se tocan en “Together”: el aprendizaje, el vínculo paternofilial, el de maestro y discípulo, las dudas de la pubertad, el sacrificio y abnegación del buen progenitor, lo absorbente y absoluto de la vocación musical, el contraste entre la ciudad y el pueblo, la lucha por las oportunidades, los nuevos modos de vida en el Pekín neocapitalista, el fraude del arte orientado sólo hacia el éxito, la superior fuerza de la autenticidad personal…
Son unos cuantos temas, y están desarrollados con fluidez, de forma más parecida a un concierto que a un texto, y con una sencillez que, por adoptar la distancia y redondez propias de una fábula, parece facilidad, engañosamente. Partir de una historia real le da una base sólida.

El actor niño hace un gran trabajo, convincente al tocar el violín, y también cuando su introvertido personaje responde fascinado a la atracción de la vecina de vida alegre.
El actor que representa al padre, el entregado campesino, contribuye con su expresividad a varios momentos muy conmovedores, pues la mayor parte de los que jalonan la historia se dan en el seno de la relación paternofilial.

Es al acentuar en sentido lacrimógeno algunos pasajes, o al recurrir ocasionalmente con intención esteticista a una fotografía de brillos almibarados, cuando se aparta de la distancia templada característica de la fábula, y pierde algo de calidad esta película, emocionante y buena pese a esos excesos.