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Voto de Archilupo:
8
7,6
3.147
Drama
Retrato de la triste existencia de una chica que es maltratada por su padre y humillada por la gente de su pueblo. (FILMAFFINITY)
22 de mayo de 2008
116 de 121 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mouchette (Mosquita) no se conforma con la vida que le ha tocado en suerte. Tiene 14 años y se enfurruña, siente una sorda rebelión; choca con sus mayores y el mundo circundante.
Sus mayores son una madre muy enferma y un violento padre alcohólico; su mundo, un mísero hogar en un pueblo habitado por contrabandistas de licor, tramperos, tenderos: una sociedad regida por pensamientos mezquinos y miradas reprobatorias.
La caza (cepos, trampas, capturas) sirve de metáfora al tema central, frecuente en Bresson: formas de cautiverio y formas de liberación.
Un cazador furtivo atrapa perdices en lazos ilegales. El guarda, al acecho, las suelta.
Las escopetas descargan sobre conejos y liebres, sin escapatoria ante la lluvia de plomo.
En ese cinegético clima de apresamiento late la incipiente vida de Mouchette.
Cuida a su madre, quien se consume inerme, apagada su energía protectora. Recibe bofetadas del brutal padre, humillación de la maestra, aislamiento y burla de las condiscípulas, acoso vejatorio de los chavales. Pero ella no se amilana. En su conciencia alienta un enfrentamiento absoluto: los detesta a todos. Alimenta su rencor entre desgracias, con plena deliberación. Este sentimiento supone un refugio para la instintiva necesidad de independencia interior.
Como si viviese atrapada en un cepo, cada movimiento expansivo topa con las fuerzas que la rodean, dispuestas al bofetón, al abuso, la explotación: el maltrato en cualquiera de sus formas.
Tales fuerzas ejercen sobre Mouchette una presión domesticadora. Sin aliados ni espacio vital, ella responde con áspera y bronca insumisión.
La estética del autor (sobriedad, depuración) no cambia. Con actores no profesionales, a quienes denomina 'modelos', y con una austeridad extrema, la narración se despliega organizando muy precisamente las imágenes, siempre en busca de profundidad y misterio, y restringiendo a nítidos ruidos la banda sonora.
Sin embargo, hay en esta cinta una particular y sombría dureza, sorprendente en Bresson, poco dado a cargar emocionalmente a sus personajes: la soledad anímica de la adolescente es abrumadora. Y si en algún momento vive algo parecido al contacto humano, es aún más abrumadora.
Al adaptar la novela de Bernanos, Bresson extiende sobre la existencia terrena un frío pesimismo que apenas deja resquicio a la esperanza.
En entrevista con Godard y Delahaye en mayo de 1966, a preguntas sobre proyectos inmediatos Bresson contesta: “Querría también, como ejercicio, como un ensayo, hacer ‘La nouvelle histoire de Mouchette’. Una historia muy dura, por supuesto”.
Al fondo de un plano, un Renault 8: ese pueblo abismal no está en el tiempo de Dumas, tampoco el de Zola o Maupassant, como podría parecer por lo tremendo del relato. En realidad, tampoco en el de los Beatles o los vuelos espaciales, periodo al que realmente corresponde el automóvil.
Está en el tiempo de un mundo invivible.
Sus mayores son una madre muy enferma y un violento padre alcohólico; su mundo, un mísero hogar en un pueblo habitado por contrabandistas de licor, tramperos, tenderos: una sociedad regida por pensamientos mezquinos y miradas reprobatorias.
La caza (cepos, trampas, capturas) sirve de metáfora al tema central, frecuente en Bresson: formas de cautiverio y formas de liberación.
Un cazador furtivo atrapa perdices en lazos ilegales. El guarda, al acecho, las suelta.
Las escopetas descargan sobre conejos y liebres, sin escapatoria ante la lluvia de plomo.
En ese cinegético clima de apresamiento late la incipiente vida de Mouchette.
Cuida a su madre, quien se consume inerme, apagada su energía protectora. Recibe bofetadas del brutal padre, humillación de la maestra, aislamiento y burla de las condiscípulas, acoso vejatorio de los chavales. Pero ella no se amilana. En su conciencia alienta un enfrentamiento absoluto: los detesta a todos. Alimenta su rencor entre desgracias, con plena deliberación. Este sentimiento supone un refugio para la instintiva necesidad de independencia interior.
Como si viviese atrapada en un cepo, cada movimiento expansivo topa con las fuerzas que la rodean, dispuestas al bofetón, al abuso, la explotación: el maltrato en cualquiera de sus formas.
Tales fuerzas ejercen sobre Mouchette una presión domesticadora. Sin aliados ni espacio vital, ella responde con áspera y bronca insumisión.
La estética del autor (sobriedad, depuración) no cambia. Con actores no profesionales, a quienes denomina 'modelos', y con una austeridad extrema, la narración se despliega organizando muy precisamente las imágenes, siempre en busca de profundidad y misterio, y restringiendo a nítidos ruidos la banda sonora.
Sin embargo, hay en esta cinta una particular y sombría dureza, sorprendente en Bresson, poco dado a cargar emocionalmente a sus personajes: la soledad anímica de la adolescente es abrumadora. Y si en algún momento vive algo parecido al contacto humano, es aún más abrumadora.
Al adaptar la novela de Bernanos, Bresson extiende sobre la existencia terrena un frío pesimismo que apenas deja resquicio a la esperanza.
En entrevista con Godard y Delahaye en mayo de 1966, a preguntas sobre proyectos inmediatos Bresson contesta: “Querría también, como ejercicio, como un ensayo, hacer ‘La nouvelle histoire de Mouchette’. Una historia muy dura, por supuesto”.
Al fondo de un plano, un Renault 8: ese pueblo abismal no está en el tiempo de Dumas, tampoco el de Zola o Maupassant, como podría parecer por lo tremendo del relato. En realidad, tampoco en el de los Beatles o los vuelos espaciales, periodo al que realmente corresponde el automóvil.
Está en el tiempo de un mundo invivible.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Notas sueltas sobre detalles de "Mouchette":
-Ley de la caza, dura para la presa
-El sonido de los zuecos, como un estigma
-Pellas de barro, vengativa puntería
-Hombres agotados y borrachos, duermen vestidos
-Coches de choque: mano misteriosa regala ficha, salvoconducto
-Coches de choque: embestir es tirar los tejos, reír
-Ella falla una nota, la profesora la acogota contra el teclado
-Ella limpia la espuma del epiléptico, canta y no falla
-Durante lo peor ella le abraza, ambiguamente
-El padre le da violento empellón contra la pila de agua bendita
-Aguardiente, arroyo, lago, lluvia, lágrimas
-Embarra que te embarra la alfombra persa, a conciencia
-Campanadas, vasos contra el mostrador, tragos por el gaznate, crepitar del fuego
-En la muerte Magnificat, Monteverdi
-Ley de la caza, dura para la presa
-El sonido de los zuecos, como un estigma
-Pellas de barro, vengativa puntería
-Hombres agotados y borrachos, duermen vestidos
-Coches de choque: mano misteriosa regala ficha, salvoconducto
-Coches de choque: embestir es tirar los tejos, reír
-Ella falla una nota, la profesora la acogota contra el teclado
-Ella limpia la espuma del epiléptico, canta y no falla
-Durante lo peor ella le abraza, ambiguamente
-El padre le da violento empellón contra la pila de agua bendita
-Aguardiente, arroyo, lago, lluvia, lágrimas
-Embarra que te embarra la alfombra persa, a conciencia
-Campanadas, vasos contra el mostrador, tragos por el gaznate, crepitar del fuego
-En la muerte Magnificat, Monteverdi