Lo malo que tenía la primera entrega es que se quedaba en un querer y no poder. Atendía a una fórmula muy básica como es un robo y aunque intentaba crear escenas cómicas pocas veces lo conseguía, en cambio en esta segunda parte pasan a hacerla tan increíblemente absurda que la hace mucho más divertida, sobretodo en su media hora final. Además lo bueno es que al tener ya presentado el ''particular'' instituto y a sus personajes se nos mete en la acción mucho más rápidamente y así hace que se haga más amena.

El acierto que tiene, que es lo que hace que más merezca la pena, es aprovechar mucho mejor el personaje de Colin Firth (parece increíble que en el mismo año estuviera en esta película y en la preciosa 'A single man' por la que fue nominado al Oscar), y sobretodo la relación con el personaje de Rupert Everett, dando así los momentos más divertidos de la película.

En definitiva, es totalmente prescindible pero entretenida para pasar un rato en el que no quieras nada más a parte de algunas risas, y claramente mejor que la primera parte.