Dos astronautas quedan varados en un desolado planeta. Uno de ellos descubre por casualidad una civilización de criaturas diminutas.

El deseo de poder queda reflejado en el conflicto entre esos dos astronautas que reaccionan de manera opuesta ante un fabuloso descubrimiento. El hombre, desde que es hombre, ha aspirado a ser un dios; ha querido dominar a otras especies, subyugar a sus semejantes, convertirse en un ídolo temido y adorado por una multitud de esclavos. En homenaje a los poderosos se han erigido estatuas, pirámides, templos, monstruosidades varias, que han quedado para la Historia como testimonios de su gloria. Los ecos de su imperio nos llegan todavía a día de hoy.

El capítulo se desarrolla de forma didáctica, presentándonos un “twist ending” muy digno, que justifica lo contemplado mientras nos ofrece una apropiada moraleja. A destacar su conexión con el episodio “The Invaders”, de la segunda temporada.