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Voto de Camliça:
2
6,6
57.485
Thriller. Drama
Desde que su mujer sufrió quemaduras en todo el cuerpo a raíz de un accidente de coche, el doctor Robert Ledgard, eminente cirujano plástico, ha dedicado años de estudio y experimentación a la elaboración de una nueva piel con la que hubiera podido salvarla; se trata de una piel sensible a las caricias, pero que funciona como una auténtica coraza contra toda clase de agresiones, tanto externas como internas. Para poner en práctica este ... [+]
4 de septiembre de 2011
403 de 601 usuarios han encontrado esta crítica útil
Leer críticas profesionales como "radical, voraz, quirúrgicamente perfecta" o anónimas que la alaban sin mesura me ha desconcertado.
No me considero ni Almodóvar fan ni un Carlos Boyero del director manchego. He disfrutado con alguna de sus películas y me he sentido defraudado en otras. Mantener un nivel alto en cualquier faceta de la vida es imposible. Pero La piel que habito es mala.
Vendida como thriller de terror psicológico, lo que abundaba entre las butacas eran las risas. Pero no, no es "el humor de Almodóvar". El terror se le ha escapado de las manos con diálogos burdos, interpretaciones surrealistas y una historia propia de telefilme dominguero.
La primera media hora es un truño. Se esfuerza en presentarnos a un doctor sin escrúpulos, con su laboratorio (recuerda más a CSI que a otra cosa), su cobaya y su chalet de la sierra. Solo la fe en que mejore la cosa evita el sopor.
Luego se anima con flashbacks que intentan justificar algo hasta el decepcionante desenlace.
Ni rastro de los geniales diálogos (con alguna excepción). Ni un atisbo de interpretaciones para el recuerdo. Ni por asomo la angustia prometida. Solo se salvan la música de Alberto Iglesias y una Elena Anaya superior a la calidad del filme.
Una hilada promoción puede hacer que acudas al cine con las máximas expectativas y salgas indignado y con el bolsillo vacío.
Si eres muy bueno haciendo lo de siempre, haz lo de siempre. ¿Alguien se imagina a Iñaki Gabilondo presentando Sálvame?
Pues eso.
No me considero ni Almodóvar fan ni un Carlos Boyero del director manchego. He disfrutado con alguna de sus películas y me he sentido defraudado en otras. Mantener un nivel alto en cualquier faceta de la vida es imposible. Pero La piel que habito es mala.
Vendida como thriller de terror psicológico, lo que abundaba entre las butacas eran las risas. Pero no, no es "el humor de Almodóvar". El terror se le ha escapado de las manos con diálogos burdos, interpretaciones surrealistas y una historia propia de telefilme dominguero.
La primera media hora es un truño. Se esfuerza en presentarnos a un doctor sin escrúpulos, con su laboratorio (recuerda más a CSI que a otra cosa), su cobaya y su chalet de la sierra. Solo la fe en que mejore la cosa evita el sopor.
Luego se anima con flashbacks que intentan justificar algo hasta el decepcionante desenlace.
Ni rastro de los geniales diálogos (con alguna excepción). Ni un atisbo de interpretaciones para el recuerdo. Ni por asomo la angustia prometida. Solo se salvan la música de Alberto Iglesias y una Elena Anaya superior a la calidad del filme.
Una hilada promoción puede hacer que acudas al cine con las máximas expectativas y salgas indignado y con el bolsillo vacío.
Si eres muy bueno haciendo lo de siempre, haz lo de siempre. ¿Alguien se imagina a Iñaki Gabilondo presentando Sálvame?
Pues eso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Elena Anaya resuelve con nota un papel nada fácil, ayudada por una fotografía irregular pero eficaz en muchos momentos.
La fugaz aparición de Agustín Almodóvar es divertidísima.
Pero luego está lo malo. Detalles como utilizar el Pazo de Oca para una boda y que no se vea nada es un pecado, o usar papel higiénico mojado y que parezca piel artificial creada en laboratorio (nada creíble), o intentarse suicidar con hojas de un libro cortándose las tetas y que el resultado sean 6 líneas rojas de rotulador.
La única que se salva, me repito, es Elena Anaya.
Banderas está tan insulso como irrelevante. Su pretendida inexpresividad no ayuda.
Marisa Paredes es la peor parada. Con un look entre ama de casa jubilada y oxigenada, soltaba sin ganas frases absurdas. Almodóvar le hace una putada. Es más, estorba.
El pseudo-tigre es ya la hecatombe. Es un tío disfrazado, hablando (casi) portugués, violando a la protagonista, enseñando el culo al telefonillo, atando a su madre y siendo asesinado en apenas 8 minutos. Pero recuerden que es una película de terror y no la última de Sacha Baron Cohen.
El argumento tampoco tiene ni pies ni cabeza. Si, es cierto que es lo habitual en la filmografía del manchego, pero suele salir victorioso. En este caso no.
No me creo que el doctor loco se lo haga con el violador de su hija loca ya muerta al que ha operado para convertirlo en tía y lo tiene encerrado con la complicidad de su madre que es su criada y que asesine a su hermano que vive en las favelas saliendo adelante como narco y robando y que además se lo hizo con su mujer ya fallecida que se suicidó por tener la piel quemada y verse horrible.
Y para contar todo esto (imposible pretender dar miedo) el director comete errores inaceptables (Marisa Paredes te cuenta casi todo con un monólogo en el que se ven escenas evocadoras como un niño corriendo por las favelas) y se olvida de otras tantas cosas necesarias para dar sentido al metraje (un salto de cámara entre el chico y la cara de Elena Anaya no justifica el cambio de Vicente a Vera. Una escena forzada).
Inmerecedora de tanto elogio. Una pequeña estafa y una gran decepción.
La fugaz aparición de Agustín Almodóvar es divertidísima.
Pero luego está lo malo. Detalles como utilizar el Pazo de Oca para una boda y que no se vea nada es un pecado, o usar papel higiénico mojado y que parezca piel artificial creada en laboratorio (nada creíble), o intentarse suicidar con hojas de un libro cortándose las tetas y que el resultado sean 6 líneas rojas de rotulador.
La única que se salva, me repito, es Elena Anaya.
Banderas está tan insulso como irrelevante. Su pretendida inexpresividad no ayuda.
Marisa Paredes es la peor parada. Con un look entre ama de casa jubilada y oxigenada, soltaba sin ganas frases absurdas. Almodóvar le hace una putada. Es más, estorba.
El pseudo-tigre es ya la hecatombe. Es un tío disfrazado, hablando (casi) portugués, violando a la protagonista, enseñando el culo al telefonillo, atando a su madre y siendo asesinado en apenas 8 minutos. Pero recuerden que es una película de terror y no la última de Sacha Baron Cohen.
El argumento tampoco tiene ni pies ni cabeza. Si, es cierto que es lo habitual en la filmografía del manchego, pero suele salir victorioso. En este caso no.
No me creo que el doctor loco se lo haga con el violador de su hija loca ya muerta al que ha operado para convertirlo en tía y lo tiene encerrado con la complicidad de su madre que es su criada y que asesine a su hermano que vive en las favelas saliendo adelante como narco y robando y que además se lo hizo con su mujer ya fallecida que se suicidó por tener la piel quemada y verse horrible.
Y para contar todo esto (imposible pretender dar miedo) el director comete errores inaceptables (Marisa Paredes te cuenta casi todo con un monólogo en el que se ven escenas evocadoras como un niño corriendo por las favelas) y se olvida de otras tantas cosas necesarias para dar sentido al metraje (un salto de cámara entre el chico y la cara de Elena Anaya no justifica el cambio de Vicente a Vera. Una escena forzada).
Inmerecedora de tanto elogio. Una pequeña estafa y una gran decepción.