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Voto de Néstor Juez:
4
5,0
1.794
Drama
Oliver (Julio Perillán), un joven director de cine asentado en Los Ángeles, descubre una noche en una web erótica que la protagonista de uno de los explícitos vídeos es su hermana pequeña, Aurora (Ivana Baquero). Sorprendido y confuso, decide viajar a Madrid, tras varios años sin visitar a su familia. Comienza así una búsqueda obsesiva de respuestas, un viaje íntimo hacia la turbación y la verdad de la imagen, una historia de dominación ... [+]
10 de mayo de 2017
45 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lamentablemente he visionado muy poco cine patrio en lo que llevamos de año, por lo que cuando recibí la invitación de Good Films para un pase de prensa en los Cines Renoir de su última película confirmé asistencia con renovada emoción: el thriller español premiado en Málaga y estrenado en Karlovy Vary Demonios tus ojos, dirigida por el gallego Pedro Aguilera. Habiendo leído además la sinopsis, el tema captó al instante mi interés y aumentó sobremanera mis expectativas, junto con la gratificante idea de reencontrarse con Ivana Baquero, excelente en ese clásico moderno que es El laberinto del fauno, después de tantos años. No en vano, un amplio sector crítico se deshace en halagos con el nuevo cine independiente español. El cuál nos ha dado tanto grandes alegrías como Magical Girl como tremendas decepciones como La reconquista. El filme que nos ocupa, lamentablemente, se engloba en este segundo grupo. Ya que si bien nos hallamos con una premisa sugerente y con propuestas atmosféricas de rico potencial, la torpeza con la que están desempañadas todas las parcelas de este producto cinematográfico la hacen una película harto mediocre.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Oliver (un terrible Julio Perillán) es un madrileño treintañero realizador de cine residente en Los Ángeles. Una noche, mientras se ducha su novia Karen, descubre en una página pornográfica que la protagonista de alguno de estos vídeos es su joven hermanastra Aurora (Ivana Baquero, el intérprete más salvable de la cinta). Turbado por esto, decide volver a Madrid a tomarse unos días de vacaciones y reencontrarse con Aurora, desarrollando durante varios días una perversa relación de amistad, tensión sexual y voyeurismo. Una intriga psicológica de deseo, erotismo y fantasías corporales de dominación y observación, adentrándonse en los finos límites de la moralidad y el incesto. Una historia malsana y tensa, sudorosa y sucia, de amoríos y pasiones, de libidos insatisfechas y espionaje visual tórrido. Una nueva reflexión sobre la seductora figura de la Lolita, y la tragedia griega que conlleva la ejecución de este amor impuro. Todo ello desarrollado en un ambiente de pasados familiares resentidos y difusos, y de unas jovencitas hermosas entrando en la madurez. En primer lugar sorprende el formato de imagen escogido, el clásico 4/3, que dota al film de una eminente sensación de agobio. Y como ya hemos mencionado previamente, Ivana Baquero ofrece un correcto trabajo, así como el equipo de dirección artística ambientando la iconografía del hogar de Aurora y de su cuarto, dónde Oliver esconde una cámara. El deseo lujurioso y sus incontrolables caminos es un tema apasionante que el cine ha tratado en infinidad de ocasiones, y con mayor o menor éxito siempre da pie a valiosas reflexiones. Pero estos mismos objetivos habrían sido obtenidos, y posiblemente con mayor brillantez, por un estudiante de imagen aplicado trabajando en su proyecto de fin de carrera.
El mayor problema del filme es una clamorosa falta de pulsión, de atmósfera, de garra que aglutine los elementos de la ficción y les dote de un interés que se impregne a la audiencia para que se implique en el seguimiento. No es que sea lenta, o rápida, o incómoda, o chispeante: no es nada, las acciones se suceden sin empaque, en un montaje que recurre en demasía al corte a negro como transición entre escenas. Una ausencia cuyo efecto sensorial se amplía con una realización paupérrima, de encuadres que cubren la acción sin virguerías ni composiciones llamativas, cuya fotografía de Miquel Prohensa y su paleta de colores apenas suponen un oasis en un desierto de vulgaridad, con unas interpretaciones lamentables (Perillán ante todo) presas de unos diálogos imposibles de declamar sin que suenen a papel tipografiado, y un guión que desarrolla su premisa sin premura, interés o turbiedad de grosor, y por los caminos esperados, dotando de pausas y duración extendida a muy poca sustancia. Apenas una conclusión ingeniosa redondea levemente la sensación final, aunque ya es demasiado tarde tras una ridícula (y blanca en sus elecciones de condenamiento moral) tercera parte.
En definitiva, una película de encomiables intenciones que orbita sobre temas de innegable interés, pero Demonios tus ojos no es más que un trabajo universitario bien distribuido.
El mayor problema del filme es una clamorosa falta de pulsión, de atmósfera, de garra que aglutine los elementos de la ficción y les dote de un interés que se impregne a la audiencia para que se implique en el seguimiento. No es que sea lenta, o rápida, o incómoda, o chispeante: no es nada, las acciones se suceden sin empaque, en un montaje que recurre en demasía al corte a negro como transición entre escenas. Una ausencia cuyo efecto sensorial se amplía con una realización paupérrima, de encuadres que cubren la acción sin virguerías ni composiciones llamativas, cuya fotografía de Miquel Prohensa y su paleta de colores apenas suponen un oasis en un desierto de vulgaridad, con unas interpretaciones lamentables (Perillán ante todo) presas de unos diálogos imposibles de declamar sin que suenen a papel tipografiado, y un guión que desarrolla su premisa sin premura, interés o turbiedad de grosor, y por los caminos esperados, dotando de pausas y duración extendida a muy poca sustancia. Apenas una conclusión ingeniosa redondea levemente la sensación final, aunque ya es demasiado tarde tras una ridícula (y blanca en sus elecciones de condenamiento moral) tercera parte.
En definitiva, una película de encomiables intenciones que orbita sobre temas de innegable interés, pero Demonios tus ojos no es más que un trabajo universitario bien distribuido.