El comandante militar del condado de Pei tiene un doble, "shadow" (sombra), que le sustituye ante el rey, la corte y ante sus propios enemigos sin que nadie lo advierta. De ese modo el comandante se protege de todas las eventuales amenazas de la corte y prepara un ataque a la cercana y rival ciudad de Jing.

Esta es la premisa sobre la que Zhang Yimou construye esta brillante película, en la que se entrecruza una parte de Kurosawa (Trono de sangre) y otra del mismo Yimou (Hero).

Poder, ambición, lealtad, venganza y deseo retratados admirablemente por Yimou, con una fotografía y escenografías magnificas, muy buenas interpretaciones de todos los actores, y una originalidad en las escenas de lucha que supera con mucho la media de los films de artes marciales.

Y es que, en realidad, Shadow no es una película de artes marciales, aunque los incluya. Es mucho más. Es un drama violento, delicado y sangriento con pinceladas de Shakespeare, con simbolismos del ying y del yang (masculino-femenino) y al mismo tiempo es un retrato atemporal, aunque enmarcado en una época lejana, de las pasiones del ser humano.

Gran film, con el que el maestro Zhang Yimou vuelve a dar una lección cinematográfica y a recordar sus mejores tiempos.