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Voto de VALDEMAR:
7
7,2
37.935
Drama. Intriga
En 1913, en vísperas de la Gran Guerra (1914-1918), extraños acontecimientos, que poco a poco toman carácter de castigo ritual, se dan cita en un pequeño pueblo protestante del norte de Alemania. Los niños y adolescentes del coro del colegio y de la iglesia dirigido por el maestro, sus familias, el barón, el encargado, el médico, la comadrona, y los granjeros conforman una historia que reflexiona sobre los orígenes del nazismo en ... [+]
22 de enero de 2010
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Permitidme la comparación. Roma es una ciudad preciosa, cargada de arte allí por donde mires. A cada paso que das por ella te encuentras algo maravilloso, en cada rincón, al doblar cualquier esquina. Te embriagas de arte. Parece mentira tanta belleza junta. Roma te deja boquiabierto… el primer día.
Si vas sólo para un fin de semana, pretendes verlo todo en tan reducido espacio temporal, así que terminas consiguiendo que la misma belleza que el día anterior te pasmó, llegue a saturarte.
-“Mira, otra iglesia”
-“!Qué bien¡ Ya van 420”
- “¿Entramos?”
-“No, pa’ qué”
-“Mira qué preciosidad de escultura”
-“¿Pero ésta no la habíamos visto ya?”
-“No, ésta no. Vimos alguna que se parecía”
-“¿Alguna? ¿Cuántas son alguna? Tengo la impresión de que llevo toda mi vida viendo esculturas. ¿Nos echamos una birra?”
-“No, aquí no hay tiempo para chorradas. Hemos venido a ver arte”
-“Dios Santo. Qué coñazo”
La película es una hermosura. Esta belleza surge de la magnífica fotografía y de los planos que retrata. Cada fotograma es un primor, una bellísima composición, la perfección en el encuadre. La mayoría de las secuencias transcurren dentro de las casas, y a Haneke no le estorban las puertas, ni los pasillos, ni las escaleras. Lo que hace es encuadrar cada uno de estos elementos y convertirlos en misteriosos recursos narrativos. Los exteriores también son bellos y estimulantes.
Todo este deleite visual transcurre en tiempo pausado, contándonos sólo a medias una historia negra e inquietante, que se hace mucho más amena cuando la película termina. En ese momento es cuando tu cabeza empieza a dar forma a la historia basándote en todas las pistas que el guión y el realizador te han ido dejando y rechazando los señuelos.
Una maravilla hipnótica demasiado larga y saturante. Una película afectada por las capacidades plásticas y narrativas de su autor.
Si vas sólo para un fin de semana, pretendes verlo todo en tan reducido espacio temporal, así que terminas consiguiendo que la misma belleza que el día anterior te pasmó, llegue a saturarte.
-“Mira, otra iglesia”
-“!Qué bien¡ Ya van 420”
- “¿Entramos?”
-“No, pa’ qué”
-“Mira qué preciosidad de escultura”
-“¿Pero ésta no la habíamos visto ya?”
-“No, ésta no. Vimos alguna que se parecía”
-“¿Alguna? ¿Cuántas son alguna? Tengo la impresión de que llevo toda mi vida viendo esculturas. ¿Nos echamos una birra?”
-“No, aquí no hay tiempo para chorradas. Hemos venido a ver arte”
-“Dios Santo. Qué coñazo”
La película es una hermosura. Esta belleza surge de la magnífica fotografía y de los planos que retrata. Cada fotograma es un primor, una bellísima composición, la perfección en el encuadre. La mayoría de las secuencias transcurren dentro de las casas, y a Haneke no le estorban las puertas, ni los pasillos, ni las escaleras. Lo que hace es encuadrar cada uno de estos elementos y convertirlos en misteriosos recursos narrativos. Los exteriores también son bellos y estimulantes.
Todo este deleite visual transcurre en tiempo pausado, contándonos sólo a medias una historia negra e inquietante, que se hace mucho más amena cuando la película termina. En ese momento es cuando tu cabeza empieza a dar forma a la historia basándote en todas las pistas que el guión y el realizador te han ido dejando y rechazando los señuelos.
Una maravilla hipnótica demasiado larga y saturante. Una película afectada por las capacidades plásticas y narrativas de su autor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Me gustaría mucho hacer una puesta en común con cualquier usuario interesado para determinar la catadura moral de cada uno de los personajes. Nos intentan vender la moto de que son los niños los que cometen tamañas fechorías, una detrás de otra, pero yo concluyo que no, que va, ni mucho menos. Aquí no hay nadie más cabrón que el médico, aunque cabrones hay a mansalva.