Año 2001: crisis en Argentina. No hay dinero, hay desánimo, desesperanza, inseguridad... Y en medio de todo el lío, surge una remake de una película española bastante bien lograda, con excelentes actores como Juieta Díaz, Pablo Rago y Fabián Medina, y otros buenos como Florencia Bertotti y Nicolás Cabré. Es graciosa, se deja ver.
Casi hay que evaluarla como si fuese cine independiente, por el contexto social que se vivía. Algunos parecen pretender algo mucho más elaborado, estilo Hollywood. No hace falta. El resultado es más que satisfactorio.
Porque es graciosa, los actores cumplen y la historia está bien contada, sin mucho recurso, ni financiero, ni escenográfico, ni efectos especiales, pero el resultado es interesante, la nota es un 8.