Bienvenidos a un sueño que se hizo realidad a finales de los años 70 y que duró hasta la mitad de los años 80 el cual reunió todo lo extravagante, transgresor, emocionante, sensacional, hortera, freak, kitsch, talentoso, arrebatador y genial creando algo mágico, único e irrepetible: la movida madrileña. Todo un movimiento sociocultural que revolucionó el panorama de su tiempo y que marcaría un antes y un después en la historia reciente de España.
Bienvenidos a un tiempo en el que todo podía pasar. Un tiempo en el que la música era pura, auténtica, honesta y sincera. Sin artificios, trampa ni cartón. Una música brillante que hizo historia y de la cual apenas quedan hoy retales.
Bienvenidos a unos años en los que podrán encontrar a grupos tan tiernos y románticos como Los secretos o Nacha Pop, grupos tan geniales y vanguardistas como Radio Futura (con su disparatado teclista Herminio Molero), grupos de culto tan innovadores como Kaka Deluxe (con Manolo Campoamor y su indumentaria mezcla de churrero y loco de atar), después Alaska y Los pegamoides (corriendo con sus maniquíes por los hipermercados) y más tarde Alaska y Dinarama, grupos contundentes y elegantes como Loquillo y los Trogloditas o Burning, grupos exaltadores de masas como Tequila, grupos histriónicos y provocadores como Almodóvar y McNamara, grupos tan surrealistas y descacharrantes como Aviador Dro (con sus míticos uniformes verdes) y Glutamato Yeyé (con su vocalista Iñaki mientras tiraba barras de pan al público en sus conciertos; momento célebre), grupos perturbadores como Derribos Arias, grupos inclasificables y buenos para la lírica como Golpes Bajos, grupos extravagantes rayando lo estéticamente indecente como Zombies o Ejecutivos agresivos, grupos siniestros, talentosos y víctimas de la fatalidad como Parálisis Permanente o grupos castizos, genuinos y creadores de auténticos himnos como Gabinete Caligari.
En definitiva, todo un derroche artístico, un deleite para los sentidos y un brillante legado musical para la historia de este país, todo ello aderezado por otras corrientes culturales en transformación como la pintura, la moda o los cómics en una España que empezaba a modernizarse a toda velocidad y a abrirse al mundo después de tantos años de oscuridad, oprobio y represión.
Este ha sido mi particular homenaje a la movida madrileña y a un tiempo, los años 80 que me hicieron soñar de joven.
Brindo como el entrañable alcalde de Madrid, Enrique Tierno Galván, por todos los que vivieron con mayor o menor intensidad la década de los 80. Sin lugar a dudas aquel tiempo pasado sí fue el mejor.