Me adhiero a la primera crítica de esta página donde define el estilo Kyoto como el de «chicas moé haciendo cosas moé». Yo siempre lo he llamado «chicas monas haciendo monerías», lo cual viene a ser lo mismo.

Ya dije en «Tamako Market» que yo a este estilo moé no le encuentro la gracia, sinceramente, quizá porque se enfoca más a un público masculino. De hecho, quiero hacer una reflexión sobre eso de la ternura que tanto alegan quienes defienden este tipo de producto. ¿Lo moé es solo tierno? No lo creo. Vendría a ser algo así como una ternura erotizada. Porque no deja de resultarme sospechoso que siempre sea lo mismo: niñas monas, adolescentes uniformadas, y con sus respectivos clichés fetichistas (gafas, sonrojos..., etc.). Me diréis que eso en realidad no es malo, y puede que sea cierto, pero que no nos engañen; que no nos traten de vender como si no lo fuera la misma sexualización femenina, solo que más bonita, más inocente, más soft.

A pesar de todo no voy a negar que la película está bien, sí es tierna y ofrece un retrato ideal del amor adolescente agradable. No es una gran historia de amor y Tamako y Mochizou no son una de las mejores parejas del anime, tal y como apunta otro usuario en su crítica, esto es columpiarse mucho, lo siento.

Entre otras cosas, no lo es porque el amor está retratado a medias. Es decir, sabemos que Mochizou lleva enamorado toda la vida pero ¿y Tamako? ¿Qué siente Tamako? ¿Desde cuándo? ¿Cómo? En mi opinión no sabían cómo resolver este problema y no le han dado una aclaración idónea. De hecho, me planteo si no es difícil hacer una relación romántica con este tipo de personajes creados artificialmente para complacer a los espectadores. Tamako no está hecha para el romance. En su anime no había nada romántico por su parte porque, claro, eso sería de alguna manera ensuciar al personaje puro y tierno, y creo que a la gente no le interesa verla con un hombre, en una relación normal, con una vida normal, sino que quieren verla permanentemente en la fantasía moé.

Respecto al resto de historia, pues debo destacar a la amiga Midori, presumiblemente homosexual y enamorada de Tamako, lo cual no deja de ser bastante atrevido. Es una gran pérdida que no aparezca el loro Dera, pero puede que sea necesario porque si no se robaría todo el show y nos desconcentraría de la historia principal.

En fin, blandita.