A mi esta cuarta y última parte me ha encantado, la verdad. ¿Qué pegas se le pueden poner? Es una película de acción y humor, arrebatadoramente simpática y carismática, con un ritmo endiablado y un guión que no hace aguas.

El problema aquí son las comparaciones con las otras tres que han venido antes. Todas son buenas, y es cuestión de sensaciones e impresiones subjetivas lo que decantará la balanza a favor de una u otra. Recién acabada de ver esta «Arma letal 4», el sabor que me queda es tan dulce que no tengo más remedio que ponerla, como mínimo, al nivel de las anteriores. De hecho, es posible que me guste incluso más que la segunda y la tercera entrega, pero eso es difícil de medir y requeriría de un segundo visionado. Así pues, dejemos las comparaciones y juzguemos esta película como corresponde.

Dignifiquémosla un poco, porque además se lo merece. Martin Riggs y Roger Murtaugh vuelven a la carga, y esta vez como capitanes de la policía, en un ascenso meteórico e inexplicable que sin embargo no cambiará mucho su rutina de trabajo. Quiero destacar la evolución del personaje de Martin como un ejemplo de coherencia a lo largo de catorce años, ya que ha logrado madurar sin perder el carácter que todos conocemos. De esta manera, aunque tiene pareja, está enamorado y a punto de formar una familia, sigue siendo el más caótico, quien más arriesga y el más loco, sin duda su mejor baza para luchar contra el poderoso enemigo que tiene enfrente: un Jet Li muy, muy malo, que ni se imagina lo peligrosas que son las idas de olla de Riggs. Mel Gibson, estupendo, con un dominio del personaje bárbaro y con un atractivo en el que no hace falta ni que redunde; normal que Rene Russo se muera por casarse con él. Danny Glover, genial, ya se sabe; Joe Pesci, perfecto, y el cómico Chris Rock, comedido, así que bien. Un grupo envidiable.

La acción es increíblemente buena. La escena de la carretera, con la mesa y la caravana, hilarante y el combate final bajo la lluvia («Siempre está lloviendo») mezcla violencia, credibilidad y emoción a partes iguales. Obsérvese que nuestros héroes acaban molidos, con moratones, vendajes, cortes y hasta bastón para sostenerse. Esas cosas ya no pasan.

Para reírse y disfrutarla de principio a fin. No te la pierdas. Un broche de oro para una saga mítica.