He tenido suerte y casi de casualidad he pillado por fin esta adaptación de «Cinco cerditos» que en otra ocasión no pude ver. Agatha Christie de nuevo en una «Poirot» altamente entretenida y de buen gusto.

Si bien esta «Cinco cerditos» se toma unas licencias bastante atrevidas que van en contra del perfil de los personajes (spoiler), la verdad es que se trata de una adaptación con mucha clase que además aporta un elemento nostálgico que francamente me ha encantado. La revisión del pasado a la que se someten los personajes con la investigación de Poirot, los lleva a recrear un retrato familiar cargado de pasiones y a unos recuerdos dolorosos y felices al mismo tiempo. La música de Erik Satie envuelve todo de belleza, tristeza y elegancia.

Respecto a la trama, es fiel diría que casi al milímetro al libro, y no es un mal libro, así que la historia está bien llevada. De hecho, el guion te da pistas y detalles para que tú mismo hagas de investigador y resuelvas, si puedes, el asesinato de Amyas Crale.

Sin embargo, la clave de esta adaptación es mi queridísimo Aidan Gillen. Este hombre tiene una clase insoportable. Es algo que no se puede describir, ni enseñar ni explicar casi. Todo él es como un imán, una fuerza centrípeta que llena la pantalla. Uno de esos actores que siempre han merecido más. Eso sí, el casting para el personaje de Elsa Greer es un error gordo, no me ha gustado nada (spoiler).

La película, sí.