Una regla bastante sólida que se da para la creación de historias es aquella de que entre pico y pico de acción hay que introducir valles, para no saturar al receptor, y para establecer un sistema de referencia que permita hacer que esos picos sean realmente puntos culmenes (como en la vida misma, no todo es felicidad ni todo desgracias).
Pues esta película se salta la regla. Para bien. Absolutamente toda, de principio a fin, es acción. ¿Acción de tiros peleas velocidad? Pues sí. Pero también mucho más.

Cuando una película tiene la capacidad de hacerte sentir, sea lo que sea, ya ha recorrido un gran camino. Y esta lo hace gracias, en parte, a su sólido guión. Nada de trama que salga de la chistera del guionista. La línea argumental funciona como un reloj suizo. Personajes arquetípicos y diálogos que encajan con ellos y en la trama, todo al servicio de la historia, sin mamarrachadas. ¿Qué más se puede pedir?

La dirección es el otro pilar que sustenta el film. Las cosas se pueden mostrar de muchas maneras. En esta película se hace de tal forma que quedan de lo más "guay". Esto es algo esencial en toda película, pero más en las de acción, en las que el rango de emociones queda reducido por razones obvias.

Totalmente recomendable, y además diría que una de las mejores de Arny (aunque tiene muchas, claro).