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España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
7
Thriller. Comedia El agente de policía Amadeus Warnebring nació en el seno de una célebre familia de músicos, pero –ironías del destino– detesta la música. Un día, un extravagante grupo de músicos dirigido por la hermosa y traviesa Sanna decide tocar una obra musical apocalíptica empleando la ciudad como instrumento y sembrando el caos y el pánico entre la población. Warnebring se entrega inmediatamente en cuerpo y alma a la caza de estos terroristas musicales. (FILMAFFINITY) [+]
21 de octubre de 2010
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
(Esta crítica contiene detalles relevantes del film)


Los cinco primeros minutos de "Sound of Noise" son brillantes, y a través de ellos se divisa el discurso de unos cineastas inconformistas, que tienen una buena idea en mente, y la transforman en algo mejor sin necesidad de apelar únicamente a vocablos como originalidad. Sí, exactamente la palabra que parece haberse transformado en una lacra para el cine actual, y donde montones de propuestas han terminado cayendo en el limbo, no es motivo suficiente para que el film sueco se una a esa debacle, puesto que tras ese filón, se esconden las miras de dos directores verdaderamente comprometidos con su trabajo, que no dejan una idea a su propia suerte, ni sus posibles caudales sujetos al letargo cinematográfico en el que derivan tantas otras notas de una misma partitura, sino que saben mantener la atención y crear secuencias realmente magníficas alrededor de la base propuesta.

A partir de su magnífico prólogo, humor y elegancia se unen para dar forma a un experimento en el que cada nuevo instante musical es magistral y, lo mejor de todo, no son creados a modo de interludios, sino más bien componen su esencia. La esencia de un film en el que la música parece ser todo objetivo de esos terroristas musicales, pero cuyo final deja claro que todavía hay más: la necesaria unión que surge de esos terroristas y su presunto perseguidor, no es otra cosa que el broche final al que podían aspirar seis personajes como esos, que buscan arrancar de raíz la música y, mediante ese vehículo llamado Amadeus lo logran de pleno. Logran, podría decirse, su obra maestra.

Y, como no podría ser de otro modo, Simonsson y Nilsson indican con ese plano final que se obtiene, rara excepción, tras una obra maestra. Simplemente genial.
Grandine
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