Buena película de un director, William Keighley, que ¡ojo!, como los más grandes directores, casi todo lo que ha dirigido, ha tenido un excelente nivel. Véase una muestra: "Contra el imperio del crimen" (1935), "Robin de los bosques" (1937) junto a Curtiz, "Muero cada amanecer" (1939) o "El hombre que vino a cenar" (1941).
No alcanza, ni mucho menos, "Zona Tórrida", ese nivel, pero las buenas dosis de acción, el excelente y eléctrico Cagney, las correrías por las plantaciones y la viveza y el encanto de Ann Sheridan, se imponen, afortunadamente, al insípido Pat O'Brien (anda que ver a semejante fulano dando órdenes a Cagney y Sheridan...) y, a mi entender, al equivocado toque de comedia que Keighley introduce con el personaje del bandido Rosario y del jefe de la Policía.