Entretenido western dirigido por Lewis R. Foster. Cuenta con un notable y original guión, una buena fotografía y unas correctas interpretaciones en las que sobresale la hermosa Rhonda Fleming. Si bien, en determinados momentos, la cinta peca de exceso de diálogo y de falta de acción, Foster lo corrige, incrementando el ritmo al final del metraje y sorprendiéndonos muy gratamente con su hábil y prodigioso manejo de cámara en la espléndida secuencia del vaquero amarrado a los caballos. Eso sí, me quedé con las ganas de un mayor protagonismo para Thomas Gomez y de que alguien me trajera una cerveza helada como la que bebe con avidez en la taberna un sediento John Payne.