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España España · Zaragoza
Voto de el chulucu:
10
Musical. Comedia. Drama La biografía del bailarín de vodevil George M. Cohan, creador del himno norteamericano ”Over There”, sirvió de base para este musical, en el que Cagney demostró sus grandes dotes para el baile. Aunque se trata de una comedia, es una obra de propaganda bélica realizada en plena Segunda Guerra Mundial (1939-1945). (FILMAFFINITY)
15 de octubre de 2013
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine se elevó a la categoría de arte gracias a películas como las que se hacían antes. Lo que se hace hoy en día es un invento caprichoso y manipulador, puro cuento. Lo de hoy no es nada. "Yanqui Dandy" es una película perfecta. Una lección de cine. Michael Curtiz venía del cine de aventuras. Venía cargado de acción, ritmo, vigor. Venía lleno de talento, de historias, de novedades. Y todo esto lo incorporó al musical "Yanqui Dandy". El público percibió de manera limpia y clara lo que es un buen ritmo de película, lo que es un montaje perfecto, una puesta en escena admirable, una coreografía exquisita, unos actores que -como diría mi madre- "parece que estén pasando por ello". En pocas palabras, el público lo entendió todo. El público se hizo artista. "El arte no debe nunca ser popular, es el público quien debe hacerse artista" decía Oscar Wilde. Curtiz lo consiguió. Sólo él y un puñado de maravillosos directores lo consiguieron. Fue hace tiempo. Al público ahora le hacen parecer tonto porque no entiende nada de lo que ve en la pantalla. No debemos preocuparnos. No hay nada que entender. Sólo arteros inventos y el ego del director de turno. Sólo violencia, sexo, palabrotas y mentiras. Muchas mentiras.
"Yanqui Dandy" es una película limpia. Hay en ella mucho corazón y mucho trabajo. Hay un alma que llena de energía, de vida, de optimismo, toda la pantalla. James Cagney. Nos grita: "si crees en tí y trabajas, trabajas y trabajas conseguirás lo que quieras". ¡Ah! y hay otra alma, tal vez más pequeña pero no menos importante. Su esposa, la dulce e inteligente Mary. Inolvidable la cara de bobo y a la vez de admiración que se le queda a George Cohan cuando le confiesa a su esposa que le ha dado la canción a otra cantante y Mary le contesta: "Lo supe cuando me trajiste los bombones y las flores".
No puedo terminar el comentario (aunque la película se merece casi un libro) sin mencionar el final. Quizás sea el final - junto con el de "Qué bello es vivir"- más hermoso y optimista de la historia del cine. No, pero no me refiero a Cagney cantando el "Over There" con las lágrimas asomando a su rostro. No. Para mí la película termina con George Cohan bailando claqué mientras baja las escaleras de la Casa Blanca. El hombre más feliz del mundo.
el chulucu
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