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Voto de el chulucu:
8
19 de abril de 2013
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
El juez de paz de una pequeña localidad recibe, el día de nochebuena, una notificación que le autoriza a celebrar matrimonios. Casa a seis parejas antes de que finalice diciembre. Dos años más tarde se descubre que aquella autorización para celebrar bodas entraba en vigor a partir de enero. Por lo tanto, las seis parejas que contrajeron matrimonio no están casadas.
Extraordinaria película de Edmund Goulding que nos demuestra todo su talento en sólo 82 minutos que el espectador disfruta con la intensa fruición de quien se come un cremoso helado. Y es que, encima, el helado es de muchos sabores; unos nos gustan mucho y otros un poquitín menos. Así son las cinco maravillosas historias de otros tantos matrimonios que dos años después de su enlace descubren que su casamiento no es válido. ¿Qué hacer ahora? ¿nos casamos de verdad, nos separamos? Y mientras, Goulding, da una lección de dirección, de exquisita y delicada puesta en escena, de ritmo (cosa nada fácil al tratarse de historias distintas) y de dirección de actores. Hablando de ellos, ¿no es asombrosa la magnífica interpretación de Louis Calhern en tono de comedia cuando generalmente suele hacer papeles de seres amargados y despreciables? ¿y qué me dicen del encanto y la dulzura de Mitzy Gaynor en el último capítulo? Lo dicho, magnífica película en blanco y negro, ideal para una tarde lluviosa de sofá y manta.
Extraordinaria película de Edmund Goulding que nos demuestra todo su talento en sólo 82 minutos que el espectador disfruta con la intensa fruición de quien se come un cremoso helado. Y es que, encima, el helado es de muchos sabores; unos nos gustan mucho y otros un poquitín menos. Así son las cinco maravillosas historias de otros tantos matrimonios que dos años después de su enlace descubren que su casamiento no es válido. ¿Qué hacer ahora? ¿nos casamos de verdad, nos separamos? Y mientras, Goulding, da una lección de dirección, de exquisita y delicada puesta en escena, de ritmo (cosa nada fácil al tratarse de historias distintas) y de dirección de actores. Hablando de ellos, ¿no es asombrosa la magnífica interpretación de Louis Calhern en tono de comedia cuando generalmente suele hacer papeles de seres amargados y despreciables? ¿y qué me dicen del encanto y la dulzura de Mitzy Gaynor en el último capítulo? Lo dicho, magnífica película en blanco y negro, ideal para una tarde lluviosa de sofá y manta.