Es tramposa. Te lleva por un camino, repleto de pistas falsas, y a última hora te dice lo contrario. Si el planteamiento no hubiese sido tan exagerado, el final sería más creíble; de esta manera, suena a truco barato de mago fullero.
Demasiado bien se porta Fernando con semejante loco, otro cualquiera lo hubiese mandado a paseo de mucha peor manera y con mayor premura.
Y, para colmo, remate sensiblero y demagogo con el dinero y la foto.
Es una pena porque el corto estaba bien, quizás un poco acelerado y crispado, pero brillante en la narración y el montaje, en los diálogos también. De ritmo frenético y de crescendo cocainómano, estalla finalmente con torpeza efectista.
Cayo no me acaba de convencer; un poco artificial y forzado lo veo. Pera está muy pasado de vueltas; gran composición, pero tal vez incompatible con lo que nos quieren decir, que en el fondo era una bella persona.
La explicación última chivato delirante y disparos a bocajarro mediante..., lo dicho, todo eso es muy flojo e impostado.
Hubiera estado mejor si hubiesen optado por un costumbrismo viscoso, amenazante, sin necesidad de disparates criminales, o que hubiesen preferido la vía picaresca, que Pera fuera normal, simplemente un vulgar jeta.