Media votos
4,2
Votos
2.761
Críticas
2.758
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Ferdydurke:
5
1992
7,9
865
Documental
El concierto en homenaje a Freddie Mercury tuvo lugar el 20 de abril de 1992 en Londres, en el Estadio de Wembley, y fue televisado a todo el mundo. La recaudación se destinó a la investigación del SIDA, lanzando así el The Mercury Phoenix Trust. "Freddie fue una estrella extraordinaria que cruzó rápidamente nuestro paisaje cultural como un cometa iluminando el firmamento y como otros en el mundo que han perdido a causa del SIDA, murió ... [+]
14 de octubre de 2016
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucho artista y mucho rollo. Mucho desatino sin decoro.
Un público entregado para un homenaje cerrado y merecido a una fuerza de la naturaleza, brillante, genial.
También hay sermones de la montaña que nos atoran el alma para que no falte de nada* y nombres de tanto postín, como en día de fiesta o colección de figurones.
Se derramaba el amor como la mermelada de fresa o frambuesa aquel día de 1992, todo eran carantoñas, arrumacos, guiños y caricias, comuna de camaradas, consortes y amigos del rey muerto, en loor de multitudes, abigarrada muchedumbre, facundia. Cómicos y músicos. Esa gente. Ese pelaje.
Se pasó bien, se recuerda y añora. Fiesta de disfraces y ropajes varios. Astracanada más o menos glam.
Un público entregado para un homenaje cerrado y merecido a una fuerza de la naturaleza, brillante, genial.
También hay sermones de la montaña que nos atoran el alma para que no falte de nada* y nombres de tanto postín, como en día de fiesta o colección de figurones.
Se derramaba el amor como la mermelada de fresa o frambuesa aquel día de 1992, todo eran carantoñas, arrumacos, guiños y caricias, comuna de camaradas, consortes y amigos del rey muerto, en loor de multitudes, abigarrada muchedumbre, facundia. Cómicos y músicos. Esa gente. Ese pelaje.
Se pasó bien, se recuerda y añora. Fiesta de disfraces y ropajes varios. Astracanada más o menos glam.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La Annie Lennox que casi viola al bueno/bendito de David Bowie (ese rezo fue supremo), de tan metida en el papel/actuación que estaba la intensa mujer, método stanilavski mediante, viva orfeo.
Empezaron los Metallica y acabó la Minnelli. Por medio mucha gran canción y Extreme, Def Leppard, George Michael, Elton John...
* Esa Liz Taylor pequeñaja y puñetera, ya mayor y simpaticona, aunque un poco bastante pelma la cabrona.
No sé yo, pero siendo entretenido todo, mucho de hecho y por supuesto, no lo dudo ni lo cuestiono, el ambiente general era como de pícnic para puritanos boy scouts, nada de droga mala, sibaritas de gominolas si acaso, partido de casados versus asamblea de solterones con las mejores intenciones y alto colesterol o mucha diabetes, tal vez reunión clerical de buenos ciudadanos. Yo esperaba más rock del bueno y duro y desenfreno verdadero, satanismo, salvaje violencia, majadería, más maldad y desafuero, perversión a espuertas, como si la regalaran, sacrificios humanos por lo menos, unos pocos para pasar el rato, penas capitales en directo recordando los más viejos tiempos, algún cadáver fresco o avalancha kamikaze, una autopsia, heridos de guerra, mutilados, grandes quemados, algo atroz que llevarse a las mientes o las carnes morbosas del mundo del espectáculo circense más vulgarote, un romanticismo mortuorio, algún demonio de entretiempo o vacaciones, con todos los gastos sin pagar, no esta limonada narcotizada y adorable, este camping para cincuentones calvos con varices y reúma, tómate la pastilla, pásame el viagra.
Ya sé que había un triste trasfondo humanitario y todo eso tan bueno y emocionante y conmovedor que nos ensancha el alma y nos eleva a los altares, pero uno (como la cabra amiga) siempre tira al monte, camino de perdición, de la abyección musical siempre que puede o le dejan tanto los poderes públicos como las grandes personas que diariamente nos arropan/rodean, y esta vez no pudo ser, cómo lo lamento, pardiez.
Empezaron los Metallica y acabó la Minnelli. Por medio mucha gran canción y Extreme, Def Leppard, George Michael, Elton John...
* Esa Liz Taylor pequeñaja y puñetera, ya mayor y simpaticona, aunque un poco bastante pelma la cabrona.
No sé yo, pero siendo entretenido todo, mucho de hecho y por supuesto, no lo dudo ni lo cuestiono, el ambiente general era como de pícnic para puritanos boy scouts, nada de droga mala, sibaritas de gominolas si acaso, partido de casados versus asamblea de solterones con las mejores intenciones y alto colesterol o mucha diabetes, tal vez reunión clerical de buenos ciudadanos. Yo esperaba más rock del bueno y duro y desenfreno verdadero, satanismo, salvaje violencia, majadería, más maldad y desafuero, perversión a espuertas, como si la regalaran, sacrificios humanos por lo menos, unos pocos para pasar el rato, penas capitales en directo recordando los más viejos tiempos, algún cadáver fresco o avalancha kamikaze, una autopsia, heridos de guerra, mutilados, grandes quemados, algo atroz que llevarse a las mientes o las carnes morbosas del mundo del espectáculo circense más vulgarote, un romanticismo mortuorio, algún demonio de entretiempo o vacaciones, con todos los gastos sin pagar, no esta limonada narcotizada y adorable, este camping para cincuentones calvos con varices y reúma, tómate la pastilla, pásame el viagra.
Ya sé que había un triste trasfondo humanitario y todo eso tan bueno y emocionante y conmovedor que nos ensancha el alma y nos eleva a los altares, pero uno (como la cabra amiga) siempre tira al monte, camino de perdición, de la abyección musical siempre que puede o le dejan tanto los poderes públicos como las grandes personas que diariamente nos arropan/rodean, y esta vez no pudo ser, cómo lo lamento, pardiez.