Cada vez que visiono o leo Capitán Harlock me viene a la cabeza ese poema de Espronceda titulado “La canción del Pirata” (al que tan bellamente pusieron música “Tierra Santa“, entre otros) y vuelvo a sentir las mismas ansias de libertad que enarbola el capitán Harlock a lo largo de toda la serie. Si algo le caracteriza es esa fuerza que emana que te hace sentir que, si él está, todo irá bien.

La historia que hoy nos ocupa es “Capitán Herlock: The Endless Odyssey” (“La Odisea Sin Fin” 2002), en la que su autor, Leiji Matsumoto, nos muestra un mundo en el que Harlock ha desaparecido y su tripulación se ha dispersado. Un día, el profesor Daiba, viajando a un planeta aparentemente desierto, se encuentra una amenaza galáctica entre las ruinas que investiga con sus compañeros. Un espectro transdimensional, de nombre Nu, quiere acabar con la humanidad. Parece que nada puede salvar a la raza humana hasta que aparece Harlock cual héroe intocable para proteger a Tadashi, hijo del profesor, reunir de nuevo a su tripulación y luchar contra este enemigo, más temible que cualquier otro anterior.

Bajo esta premisa volvemos a encontrarnos con una aventura de dimensiones galácticas, con un argumento complicado; una obra de ciencia ficción de trece episodios en la que lo más importante, los ideales de Harlock, se siguen manteniendo. La mayoría de nosotros, seguidores de esta space opera, nos hemos sentido subyugados por la personalidad de Harlock ( y yo particularmente porque me parece que está buenísimo), un pirata del romanticismo que ondea en lo alto de su carabela “Arcadia” la bandera negra con la calavera, haciéndonos sentir confusos. Tantas pelis nos han mostrado que los piratas son los malos que un corsario del s.XXX que es bueno, y que encima le falta ir en calzoncillos por su nave para que sea del todo su hogar…pues es hasta digno de envidiar. Supongo que series como “Eureka Seven” copiaron eso de “mi nave, mi casa” de Harlock y su sentido de la libertad en su territorio.

El apartado técnico es digno de mención. Tiene muy buena calidad técnica pero a más de uno se le quemarán las retinas cuando vean esos diseños antiguos. Lo cierto es que muchas series (“Ranma“, “Sailor Moon“, “Oh my Godness“), al pasar de manga a anime, sufren un lavado de cara debido a lo poco adecuado de sus diseños. En “Capitán Harlock: The Endless Odyssey” parece que han pasado de ello, quizás para mantener la esencia del manga, del año 1977., sin embargo, también se nota un ligero lavado de cara y unas líneas más limpias en el grafismo en general. Obviamente se han quedado anticuados, incluso ligeramente horteras. El hecho de que la ambientación sea en el s.XXX nos hace encontrarnos con algo retro-futurista; ya sabéis, muchos botones, lucecitas y trajes ajustados; pobres gordos. Se libra de llevar látex el capitán Harlock y el pequeño Tadashi, y algún miembro de la tripulación, que llevan trajes ambientados en los piratas del Caribe del s.XIX.

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Fragmento extraído de www.generacionfriki.es