No cabe duda que el problema de la inmigración brinda infinidad de historias y/o relatos para ser llevados al cine, comprender lo que mujeres, hombres, ancianos o niños relatan de sus travesías para alcanzar la tierra que prometía dólares para un estilo de vida diferente. En la presente película se acompaña al protagonista por un viaje con destino incierto, el cual lleva a cabo a lado de su padre, a quien acaba de conocer, reconociendo sus gustos, aficiones y sobre todo su desconcierto ante el presente y futuro para los dos. Teo se percatará de personas que le ofrecen su amistad, solidaridad y bondad, pero también de aquéllas que lucran de la necesidad humana, que acechan al forastero para aprovecharse e impedir que el llamado sueño americano se alcance en el primer intento.

Al ver el filme de Walter Doehner es inevitable una vez más la comparación con otra película de gran valor, producida en 2005 y dirigida por Gustavo Loza: “Al otro lado”. Filme centrado también en la temática de la inmigración y de la figura paterna ausente, así como las consecuencias que esto conlleva. Cada película tiene su aportación al género, sin embargo las complicaciones para esta segunda son más evidentes, al tener una historia débil que difícilmente hace conexión con el espectador; el tiempo se vuelve excesivo y a su vez las situaciones de Teo son redundantes. Mientras que para la obra de Gustavo Loza, el abordar la inmigración con tres protagonistas de diferente nacionalidad y costumbres, reinventa el argumento, lo hace más que interesante.

“El viaje de Teo”, podría parecer un relato lineal más, de esos que con frecuencia escuchamos en boca de gente que experimenta la travesía, pero con la peculiaridad de un niño que vive la experiencia.

Bien por el hecho de retomar el entorno del niño inmigrante, pero faltó más para un gran resultado.