Nina es una muy alegre y positiva a pesar de las circunstancias a las que debe enfrentarse, y es tan fuerte como un dragón, porque es su naturaleza, por eso Azazel la llamó de esa forma tan particular, mencionando que era como una pequeña Bahamut, porque ella se avergüenza cada vez que ve un chico lindo, provocando que se convierta en un dragón rojo inconsciente de sus acciones.

Azazel tiene mas participación en esta ocasión, ya no se muestra tan engreído como en la anterior serie, el lapso de tiempo entre ambas lo han cambiado, no solo perdió dos de sus cuernos, su personalidad es mas calma, y es mas bondadoso como cuando se hace cargo de Mugaro, y también con los demonios esclavizados, él es un vengador enmascarado (o mas bien vendado) que trata de liberar a cuanto demonio puede y es capaz de enfrentarse al rey mismo por lo que cree.

Charioce tiene dos caras literalmente, su ansia de poder y su ego contrastan con la amabilidad que muestra cuando conoce a Nina en la ciudad disfrazado, es un tanto desconcertante y difícil de descifrar cual puede ser su próximo accionar.

Kaiser logró su sueño, y con una mano robótica que Rita hizo para él, es el capitán de los caballeros de Orleans, aunque por sus convicciones y en el nuevo reinado eso no iba a durar mucho.

Tanto Favaro como Jeanne estuvieron encerrados en una prisión por orden del rey y su liberación se da al mismo tiempo que la guerra empieza.

Y como último hay que mencionar a Mugaro, o El como lo bautizó su madre, el hijo de Jeanne y el arcángel Miguel, con un ojo del color del de los de su madre y el otro con el de los de su padre, posee un poder que puede definir o destruir todo si tiene las influencias equivocadas.

Es muy interesante, cada capítulo te deja con ganas de mas y las escenas post-créditos siempre aportan, la única cuestión: ¿aparecerá Amira?