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Voto de Juan Marey:
8
Comedia. Musical Leonard es un hombre de negocios al que las cosas no le van demasiado bien, pero para él lo más importante es su esposa, a la que apoya en su afán de triunfar en el mundo de la ópera. Lo curioso es que ella ignora que su marido tiene grandes dotes para el canto. (FILMAFFINITY)
5 de enero de 2014
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director inglés Edmund Goulding era también compositor de música, a la par que gran amante del teatro, no es extraño pues que un melómano como él aceptara muy a gusto llevar a la pantalla un guión de Nunnally Johnson, ambientado en el mundillo de la ópera. Johnson, que de paso produce, le propone un enredo con cierta retranca, una cantante profesional, Linda Darnell, fascinada por un aficionado superdotado, Paul Douglas, jovial y poco convencido de sus habilidades líricas, más atento él a su angélica esposa, Celeste Holm, que sí quiere ser cantante y se lo trabaja de lo lindo la probre. En realidad se trata de una nueva versión de “Wife, Husband, and Friend” (Esposa, marido y amigo), estrenada unos diez años antes, en 1939, por Gregory Ratoff, en la que Loretta Young sucumbía a los encantos de Cesar Romero y el esposo de Loretta, Warner Baxter, recurría él a una diva.

El versátil Edmund Goulding, director de “Gran Hotel”, “La solterona” o “Amarga victoria”, demuestra en esta película pequeña y realmente divertida que es un gran director de actores, domina el ritmo y aunque un poco exagerado en alguno de los gags, tiene las ideas muy claras. En lo que a sus 55 años es una de las últimas películas de su carrera, Goulding está rodeado de grandes profesionales, por ejemplo el compositor Alfred Newman, o el director de fotografía Joseph LaShelle. Linda Darnell, 26 añitos, está súper segura de si misma, da gusto verla en la pantalla, una auténtica belleza. La dulce y discreta Celeste Holm, 30 años, entre dos películas decisivas: “La barrera invisible” de Kazan, por la que se llevó un Oscar dos años antes, y “Eva al desnudo”, al año siguiente, con otra nominación más. Pero el más sorprendente de todos es el macizo Paul Douglas, 42 años, en plan Caruso desbordante, a este ex jugador de fútbol americano, oriundo de Philadelphia, se le recuerda más por sus películas de béisbol que por sus composiciones como la que borda aquí, con derroche de energía, presencia y campechanía, el año mismo de su debut en el cine.
Juan Marey
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