El fantasma de la niña puede hacer notar su presencia en la casa. Esa presencia puede provocar la agresividad en un perro, o el suicidio de su madre, quien deseaba reunirse con ella, pero la cólera que demuestra, incluso provocando un incendio, no es entendida por nadie.
Está avisando de la presencia en la casa de alguien odioso, obsesionado con las posesiones materiales y sobre todo con el ascenso social, que desea quedarse con la gran mansión, aunque solo sea un conjunto de ruinas.
El gran acierto de la película es desviarte con elegancia de la realidad. Sientes empatía hacia ese amable y sacrificado médico. Crees posible esa delicada historia de amor, pero no hay nada de eso. El desenlace para mí fue una enorme bofetada para que espabilara.
En la secuencia final vemos al niño en el piso de arriba. ¿Qué hacía allí? Su lágrima demuestra que el momento es posterior a la bofetada y a la humillación que sufrió. Se dirige a la habitación de la niña, probablemente para asesinarla con el veneno que había en la cocina. Es el mismo escenario donde muchos años después volvería a matar. Porque una mujer se atrevió a rechazarlo, desbaratando su ambicioso plan.