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Voto de RagingSergio:
9
7,5
14.076
Terror. Thriller
Polanski interpreta al agradable Trelkovsky, que vive en un apartamento de París que tiene un sombrío pasado... la anterior inquilina, una mujer joven, se tiró por el balcón. Sus pertenencias siguen allí... cosas que alimentan la obsesión de Trelkovsky por la mujer. ¿O tal vez le están llevando a la locura? (FILMAFFINITY)
7 de abril de 2008
253 de 278 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo que confesarlo: soy un enamorado de la filmografía de Roman Polanski. Siempre me ha parecido un director increíblemente inquietante y perturbador, un diseccionador de la mente humana sin igual (sólamente comparable a David Lynch) que plasma desgarradamente sus propios demonios interiores en cada una de sus obras. Y por supuesto, uno de los mejores directores del género de terror psicológico (por no decir el mejor) de la historia del cine.
"El quimércio inquilino" es una película excepcional. Lo es por lo que cuenta y por cómo lo cuenta, por lo que crítica y por cómo lo critica. Pudiera parecer demasiado similar a su otra obra maestra "La semilla del diablo" pero guarda determinadas distancias que las conviertes en cintas paralelas aunque no convergentes. ¿La principal diferencia? El humor negro y el surrealismo de "El quimérico inquilino" frente al terror psicológico y la inquietud generalizada de "La semilla del diablo".
¿Qué cuenta?
Explícitamente la historia de un jóven parisino de ascendencia polaca, temeroso, huidizo y sumamente amable y cortés que inicia viaje a la locura a través de los espejismos de su mente. Implicitamente tenemos una narración de cómo la impregnación psicológica de un determinado ambiente puede tener consecuencias negativas y provocar una alienación de la mente que lleve a su autodestrucción.
¿Cómo lo cuenta?
Especifico más este apartado en el spoiler.
¿Que critica?
Fundamentalmente el caracter nocivo de una determinada moral colectiva que intenta fagocitar cualquier intento de invasión externa. Es una denuncia de la imposibilidad de ser un cordero en un terreno habitado casi exclusivamente por lobos. También es una reflexión de un artista surrealista del movimiento Pánico como Roland Topor sobre la realidad y los mecanismos mentales que la desmontan.
¿Cómo lo critica?
A través de la exposición del submundo de una comunidad de vecinos cualquiera que intenta constantemente constreñir la libertad de su invasor, en este caso un nuevo inquilino con demasiada ingenuidad.
"El quimérico inquilino" debe reinvindicarse desde ya, no sólo como una de las mejores películas de su director, sino como una auténtica explosión de creatividad cinematográfica al servicio de la crítica social, moral y psicológica.
"El quimércio inquilino" es una película excepcional. Lo es por lo que cuenta y por cómo lo cuenta, por lo que crítica y por cómo lo critica. Pudiera parecer demasiado similar a su otra obra maestra "La semilla del diablo" pero guarda determinadas distancias que las conviertes en cintas paralelas aunque no convergentes. ¿La principal diferencia? El humor negro y el surrealismo de "El quimérico inquilino" frente al terror psicológico y la inquietud generalizada de "La semilla del diablo".
¿Qué cuenta?
Explícitamente la historia de un jóven parisino de ascendencia polaca, temeroso, huidizo y sumamente amable y cortés que inicia viaje a la locura a través de los espejismos de su mente. Implicitamente tenemos una narración de cómo la impregnación psicológica de un determinado ambiente puede tener consecuencias negativas y provocar una alienación de la mente que lleve a su autodestrucción.
¿Cómo lo cuenta?
Especifico más este apartado en el spoiler.
¿Que critica?
Fundamentalmente el caracter nocivo de una determinada moral colectiva que intenta fagocitar cualquier intento de invasión externa. Es una denuncia de la imposibilidad de ser un cordero en un terreno habitado casi exclusivamente por lobos. También es una reflexión de un artista surrealista del movimiento Pánico como Roland Topor sobre la realidad y los mecanismos mentales que la desmontan.
¿Cómo lo critica?
A través de la exposición del submundo de una comunidad de vecinos cualquiera que intenta constantemente constreñir la libertad de su invasor, en este caso un nuevo inquilino con demasiada ingenuidad.
"El quimérico inquilino" debe reinvindicarse desde ya, no sólo como una de las mejores películas de su director, sino como una auténtica explosión de creatividad cinematográfica al servicio de la crítica social, moral y psicológica.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Como ya he dicho el autor de la novela en la que se basa la película es el pintor Roland Topor, miembro junto a Alejandro Jodorowsky y Fernando Arrabal del Movimiento Pánico, muy cercano al surrealismo y que fue definido por sus miembros como "una manera de expresión donde preside la confusión, el humor y el terror".
La fotografía del maestro Sven Nykvist es sencillamente genial, sobre todo en los decorados interiores donde reina una atmósfera turbia dónde la única luz de una bombilla o la tenue iluminación proveniente del rellano de una escalera se tornan elocuentes, opresivas y profundamente inquietantes. Un trabajo prodigioso. Igualmente la banda sonora de Philippe Sarde evoca ambientes cargados y tensionales de manera muy notable.
Los actores están simplemente geniales. El propio Polanski hace, en mi opinión, el mejor papel de su carrera como actor. La co-protagonista Isabelle Adjani hace que nos enamoremos de su personaje casi al instante y los secundarios Shelley Winters y Melvyn Douglas están magníficamente macabros y malévolos en el ocaso de sus respectivas carreras.
Y para finalizar hay que destacar el finísimo sentido del humor que impregna todo el metraje, con escenas como la de la cajetilla de Marlboro, las quejas de los vecinos, las terrazas de la comunidad convertidas en palcos teatrales, el pérdida del diente (asociado a la pérdida de identidad y a la muerte), la escena en los dos protagonista y el discurso del protagonista sobre la mente (profundamente anti-aristotélico) Y así una infinidad de detalles que no hacen sino enriquecer una historia inolvidable.
La fotografía del maestro Sven Nykvist es sencillamente genial, sobre todo en los decorados interiores donde reina una atmósfera turbia dónde la única luz de una bombilla o la tenue iluminación proveniente del rellano de una escalera se tornan elocuentes, opresivas y profundamente inquietantes. Un trabajo prodigioso. Igualmente la banda sonora de Philippe Sarde evoca ambientes cargados y tensionales de manera muy notable.
Los actores están simplemente geniales. El propio Polanski hace, en mi opinión, el mejor papel de su carrera como actor. La co-protagonista Isabelle Adjani hace que nos enamoremos de su personaje casi al instante y los secundarios Shelley Winters y Melvyn Douglas están magníficamente macabros y malévolos en el ocaso de sus respectivas carreras.
Y para finalizar hay que destacar el finísimo sentido del humor que impregna todo el metraje, con escenas como la de la cajetilla de Marlboro, las quejas de los vecinos, las terrazas de la comunidad convertidas en palcos teatrales, el pérdida del diente (asociado a la pérdida de identidad y a la muerte), la escena en los dos protagonista y el discurso del protagonista sobre la mente (profundamente anti-aristotélico) Y así una infinidad de detalles que no hacen sino enriquecer una historia inolvidable.