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Voto de Pedro Triguero_Lizana:
6
Ciencia ficción. Fantástico. Terror. Western En una pequeña población del oeste, un chico sufre los efectos de los rayos de un meteorito. Como consecuencia de ello, se convierte en un monstruoso adolescente peludo y psicópata, y para evitar que haga daño a nadie su madre le oculta en el sótano... Ópera prima -y única película- del director de fotografía Jacques R. Marquette, responsable de la fotografía en títulos como "El ataque de la mujer de 50 pies" y "Pesadilla diabólica". (FILMAFFINITY) [+]
17 de diciembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el número 14/15 (febrero de 1994) de la revista de cine "Nosferatu", dedicado íntegramente al cine de ciencia-ficción USA de los años 50, cuenta Jordi Costa (pág. 151) que Jacques Marquette era un director de fotografía asociado habitualmente a producciones de la AIP, y que fundó su propia productora, con la que hizo algunas incursiones en la dirección, como "Teenage Monster", un "exploit" del "teenage horror" de las producciones de Herman Cohen.

"El monstruo adolescente", pese a esa condición de "exploit", es un film curioso por la extraña mezcla de géneros que propone ("western", "thriller", drama familiar, ciencia-ficción, terror) y por el inusual patetismo que imprime a su historia, la de una familia compuesta por el padre, la madre y el hijo pequeño. Un día, un meteorito (o algo así, porque eso nunca se explica) cae junto a la mina en la que trabaja el padre y mata a éste, dejando herido al niño, al que convierte, andado el tiempo, en un adolescente peludo y retrasado que apenas habla y muestra peligrosos impulsos violentos y homicidas. Pese a ser un asesino, lo cierto es que este joven con aspecto de hombre prehistórico, Charles (Gil Perkins) mueve a la compasión, sobre todo cuando es utilizado por la pérfida Kathy (Gloria Castillo) para sus malévolos planes.

Eso sí, hay fallos argumentales incomprensibles: por ejemplo, si estamos ante una pequeña comunidad en la que todos se conocen, ¿cómo es posible que ninguno de sus habitantes se acuerde de Charles ni de lo que pasó con el dichoso meteorito? Tampoco es muy creíble que en sólo siete años un niño pequeño, como de siete u ocho años, se transforme en un hombre alto y peludo que parece tener treinta, a menos que el meteorito le haya producido un crecimiento acelerado...

Pese a todos estos detalles, es una película que entretiene de principio a fin, precisamente por la rareza de su propuesta.
Pedro Triguero_Lizana
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