Quede dicho de antemano mi ferviente NO A LA GUERRA.
La película en sí no tiene nada, salvo que cualquier aspirante a director de cine español haría sin despeinarse una obra mejor y sin duda menos relamida.
Relamida referente a los propios culos de los actores, que si feo es el arte de relamer culos ajenos, mucho peor es relamerse el culo propio. Me explico.
En este país llamado, que nunca se olvide, ESPAÑA, existe la tendencia a machacar lo "mal visto" vanagloriando lo políticamente correcto. Un país que rechaza muchas veces su propia bandera, ya que mientras que en los denostados USA, quien enarbola una bandera americana o la pone en su fachada para ellos es un patriota, en España es considerado facha y no patriota. (Etimológicamente facha y fachada parten de la misma raíz latina facies,-ei, que es cara).
Me refiero, con todo esto, a que esta película, hecha deprisa y corriendo para ser aún más contemporánea, se basa, no en el movimiento personal y masivo, a la par que acertado, de nuestra sociedad en torno a la "invasión" angloaustraloamericana (nunca olvidar que son tres) de Irak, y al apoyo que se le dio de los dirigentes españoles, que no de sus ciudadanos, no, no se basa en esto, se basa en los "neoilustrados", los "comuniactores" que se autoerigieron como la voz del pueblo poblando manifestaciones, que lo cual está muy bien, que vuelva a quedar claro, pero desde la primera fila, para que se les vea, y bien untados en maquillaje.
Una banda de ricos y vividores actores, muchos de ellos sin estudios académicos que nos quisieron imponer sus ideas, lo cual ni hacía falta.
Señores ricos-actores de nuestro país: dejad de enarbolar la banderita de la reivindicación. La Ilustración creó la Enciclopedia y nació con la Universidad, no le dio patadas a la una y no pisó la otra nada más que para cannabearse.