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Voto de lscem:
4
5,8
3.479
Comedia
Comedia rural ambientada en el siglo XV. Tras haber estado cautivo en Túnez, Bartolomé (Landa) regresa a su tierra extremeña con la ilusión de comer su manjar preferido: cerdo. En el camino se topa con un desertor (Resines) que tiene una marrana. (FILMAFFINITY)
7 de julio de 2010
16 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Road movie con episódicas situaciones y continuas reflexiones picarescas sobre la vida. Esta reiterativa estructura lineal de episodios y acumulación de diálogos picarescos resulta algo pesada y a la enésima reflexión el espectador puede tener la mundana tentación de desconectar de la película y dedicarse a tareas más divertidas como planchar o fregar los platos.
A pesar de hablar de la picaresca, la película no recurre a ella; es decir, no actúa de forma aprovechada y tramposa, hay que reconocerla su buena intención de hacer las cosas con rigor, pero el problema es que acaba resultando un tanto aburrida por reiteración y acumulación (hay episodios como el de las putas o el de los trovadores que acaban hartando).
La interpretación de Landa va de menos a más: comienza excesivamente caricaturesco en el arranque donde predominan unos desacertados monólogos al estilo teatral y termina convincentemente comedido. Del resto de interpretaciones destaca la de la marrana y sobre todo las apariciones de Alexandre y Rey, Resines y el resto de secundarios no están bien.
Deslucida fotografía de tonos ocres donde en algunas escenas son demasiado evidentes las fuentes de luz.
La música con predominio de violines no encaja con las imágenes, sólo un par de piezas aisladas de guitarra mezclan bien.
Quizás con unos apartados técnicos y artísticos más entonados se hubiera hecho más llevadera esta historia.
A pesar de hablar de la picaresca, la película no recurre a ella; es decir, no actúa de forma aprovechada y tramposa, hay que reconocerla su buena intención de hacer las cosas con rigor, pero el problema es que acaba resultando un tanto aburrida por reiteración y acumulación (hay episodios como el de las putas o el de los trovadores que acaban hartando).
La interpretación de Landa va de menos a más: comienza excesivamente caricaturesco en el arranque donde predominan unos desacertados monólogos al estilo teatral y termina convincentemente comedido. Del resto de interpretaciones destaca la de la marrana y sobre todo las apariciones de Alexandre y Rey, Resines y el resto de secundarios no están bien.
Deslucida fotografía de tonos ocres donde en algunas escenas son demasiado evidentes las fuentes de luz.
La música con predominio de violines no encaja con las imágenes, sólo un par de piezas aisladas de guitarra mezclan bien.
Quizás con unos apartados técnicos y artísticos más entonados se hubiera hecho más llevadera esta historia.