Inglaterra 1942, el sargento Peter King, un viejo superviviente de la I Guerra Mundial y el soldado Leslie Cuthbertson, ambos pertenecientes al Cuerpo de Odontología y voraces devoradores de noticias del frente, tras provocar un accidente en la sentina de su regimiento y sentir el sargento la necesidad de entrar en combate (“si la montaña no viene a a Mahoma, Mahoma va a la montaña”, le dice el sargento al soldado a modo de enrole), deciden atravesar el Canal de la Mancha, entrar en la Francia ocupada y atentar contra los destructores alemanes que (según decían los noticieros cinematográficos que devoraban) estaban sembrando la destrucción entre los aliados, todo ello armados con unas granadas, pistolas y utensilios de dentista.
Basada en una historia real y documentada, nos encontramos ante una modesta (en cuanto a producción), divertida, entretenida y emotiva película, en base a lo estrambótico y delirante de las peripecias por las que pasan esta extraña pareja, compuesta por el huraño sargento y el voluntarioso y soñador soldado, la excelente, colorista y brillante fotografía de las autenticas localizaciones donde sucedieron los hechos (Charlestown, Surrey y Cornualles), una banda sonora músico vocal realmente resultona, una acertada y sobria dirección que recuerda en cierto modo a la comedia inglesa de toda la vida (mas tipo Monthy Python que Ealing) y una buena actuación tanto de Kenneth Cranham en la piel del sargento, como de Leo Bill en la del soñador y aguerrido soldado.
Recomendable.