Cuando hablamos de Patricia Highsmith, estamos hablando de la escritora que, a mi juicio, mejor retrata en sus novelas la ambigüedad del alma humana y las consecuencias a veces imprevisibles de conductas que aunque improvisadas, son guiadas por nuestros demonios interiores, todo ello aderezado con un malsano y sutil, pero muy estimulante, sentido del humor.
Que yo recuerde se han adaptado al cine 2 novelas de la serie que escribió con el amoral seductor Tom Ripley como protagonista: A Pleno Sol del 55, su remake de Anthony Minguella del 99 y El amigo americano del 77 y su remake de Liliana Caviani del 2002, más Extraños en un tren, la obra maestra de Alfred Hithcock, que adaptaba la obra homónima escrita por ella.
Con estos antecedentes y cuando me entere que se estaba rodando una adaptación de otra obra suya coproducida por BBC (la que da título a la película y, que yo sepa, no se encuentra editada en castellano), protagonizada por Julia Stiles, los dedos se me hacían huéspedes esperando hincarla el diente.
Nos cuenta la historia de un ingeniero aeronáutico en proceso de divorcio (Paddy Considine), que se encuentra deprimido y que una noche al regresar a casa ve a una mujer (Julia Stiles), tendiendo una alfombra, escena que le transmite la felicidad que desprende ese acto cotidiano y le impulsa a merodear la casa por las noches con el único objeto de empaparse de esa felicidad que él cree ver. Como era de esperar, debido a su chapucero merodeo, una noche es descubierto por la mujer y ante el susto y el rechazo que provoca tan insólita e inquietante situación, se deshace en disculpas y se sincera con ella contándole los motivos que le impulsan a actuar así.
A partir de aquí tenemos un magnifico y absorbente thriller, donde los acontecimientos se concatenan lenta pero inexorablemente, en el que nada es lo que parece, e impregnado del universo Highsmith por los cuatro costados en las brillantes descripciones y motivaciones de los implicados (todo el elenco actoral raya a gran altura) y en el elegante, a la par que turbio, desarrollo de la trama criminal.
Absolutamente recomendable y cita ineludible para los que alguna vez han disfrutado con las historias (tanto en cine como en literatura) surgidas de el magín de tan insigne dama.