Entretenida y curiosa película de venganzas, en base al atractivo que supone el situar a un terrorista de Eta (Jorge Rivero) antiguo especialista en explosivos, reinsertado y reconvertido en honrado camionero, felizmente casado (una pizpireta y casi núbil Ana Obregón) y esperando un niño, en el punto de mira de sus antiguos compañeros (intentan asesinarle sin éxito desde una moto) que no quedaron muy contentos con su reconversión y en el de los agricultores franceses que actúan al dictado de un abogado mafioso (Lee Van Cleef) que atacaban a los camiones españoles por el conocido conflicto sobre el tema de la fruta, en pleno apogeo por la época que nos retrata la película, los cuales en un ataque queman su camión con Ana Obregon dentro (impagable la escena).
A partir de aquí, tras contactar con un antiguo compañero de andanzas terroristas (al que salvo la vida en el pasado) del que consigue (muy a su pesar) un cargamento de goma-2, comienza su explosiva venganza, mostrada tanto en su preparación y ejecución con la característica forma de filmar este tipo de film de José Antonio de la Loma (ya había rodado la, cuasi de culto, trilogía de los perros callejeros), que insisto, aunque no es ninguna obra de arte, resulta muy entretenida y entrañable.
Aparte de lo anteriormente citado, cuenta con un plantel internacional y solvente de actores (algunos no tan solventes, pero si significativos) a saber: Lee Van Cleef y Richard Jaeckel como cabecillas de los camioneros, Margaux Hemingway (guapísima en el biopic sobre la star porno, Star 80 de Bob Fosse) como la ex terrorista que ahora da clases de aerobic en una bellamente fotografiada ciudad de Avignon, Hugo Stiglitz como el terrorista en activo de Eta del que consigue la goma-2, Aldo Sambrell como el malvado Picot, Frank Braña como el etarra que se desplaza desde Euskadi para tratar de matarle, una breve y despelotada aparición de Eulalia Ramon como concubina de Richard Jaeckel y por supuesto la estrella de la función: el duro y machote Jorge Rivero.
Recomendable.