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Voto de Sitodine:
4
5,4
4.063
Ciencia ficción. Fantástico. Aventuras
Estados Unidos, 1991. Tras una epidemia que mató a todos los gatos y perros de la Tierra, los hombres adoptaron como mascotas a los monos, que acabaron convertidos en sirvientes. Se creó entonces un centro para domesticar a los ejemplares salvajes por medio de la violencia y del electroshock. Armando ha criado en secreto a César, el hijo de dos simios parlantes: Zira y Cornelius. Cuando César comprueba lo que los hombres están haciendo ... [+]
23 de agosto de 2011
40 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si en “Huida del Planeta de los Simios” se rebajó considerablemente el presupuesto, algo que se dejaba notar incluso en la caracterización de los tres únicos humanoides simios que aparecían, en esta cuarta entrega se sigue la misma senda ahorrativa, más acentuada si cabe. El problema es que la historia que se nos cuenta es nada más ni nada menos que la de una revolución, es decir, tenemos menos presupuesto para una buena cantidad de simios y escenas de acción. El resultado es una película cutre donde las haya, vamos, un producto de serie B en todos sus apartados.
El guión, que ya empezaba a hacerse una bola cual trola de infante allá por la segunda entrega, alcanza aquí sus mayores cotas de inconsistencia. El primer detalle gracioso lo encontramos si nos fijamos en las fechas que se nos dan en el desarrollo de la historia. “Huida del Planeta de los Simios” está ambientada en el año 1973, cuando los simios de la tierra son monos con traje a lo Espinete, pero normales, de los que se sientan en su jaula y comen plátanos. 1991 es el año en que tiene lugar el argumento de “La Rebelión de los Simios”. Resulta que desde 1973 hasta 1991 los simios terrestres han evolucionado tanto que ahora trabajan semi erguidos como esclavos al servicio del hombre y han cambiado el traje de Espinete por las máscaras con gomilla. Un paso evolutivo nada desdeñable. La causa de esta Evolución Express ya nos la explicaba Cornelius en la tercera entrega de la saga, los monos sustituyeron a las mascotas tradicionales al haber sido éstas extinguidas por una rara epidemia, de la que nunca sabremos nada, por cierto. De esta manera, los monos comenzaron a realizar las tareas del hogar y se convirtieron en esclavos. Todo esto ocurre en 18 años (intervalo temporal entre la tercera y cuarta película). Durante este tiempo, apreciamos también una transición significativa entre las relaciones de ambas especies, pues si los simios fueron integrados como mascotas (animal de compañía y entretenimiento) tal y como lo explica Cornelius (los hombres podían vivir sin su hermano, pero no sin sus mascotas) no se entiende el trato cruel y despiadado que los humanos les proporcionan. De nuevo vuelven a salir del paso, y nos cuentan que la esclavitud simia se ha convertido en un lucrativo negocio para el que se han dispuesto centros de internamiento y entrenamiento. (Sigo en el spolier, sin revelar demasiado).
El guión, que ya empezaba a hacerse una bola cual trola de infante allá por la segunda entrega, alcanza aquí sus mayores cotas de inconsistencia. El primer detalle gracioso lo encontramos si nos fijamos en las fechas que se nos dan en el desarrollo de la historia. “Huida del Planeta de los Simios” está ambientada en el año 1973, cuando los simios de la tierra son monos con traje a lo Espinete, pero normales, de los que se sientan en su jaula y comen plátanos. 1991 es el año en que tiene lugar el argumento de “La Rebelión de los Simios”. Resulta que desde 1973 hasta 1991 los simios terrestres han evolucionado tanto que ahora trabajan semi erguidos como esclavos al servicio del hombre y han cambiado el traje de Espinete por las máscaras con gomilla. Un paso evolutivo nada desdeñable. La causa de esta Evolución Express ya nos la explicaba Cornelius en la tercera entrega de la saga, los monos sustituyeron a las mascotas tradicionales al haber sido éstas extinguidas por una rara epidemia, de la que nunca sabremos nada, por cierto. De esta manera, los monos comenzaron a realizar las tareas del hogar y se convirtieron en esclavos. Todo esto ocurre en 18 años (intervalo temporal entre la tercera y cuarta película). Durante este tiempo, apreciamos también una transición significativa entre las relaciones de ambas especies, pues si los simios fueron integrados como mascotas (animal de compañía y entretenimiento) tal y como lo explica Cornelius (los hombres podían vivir sin su hermano, pero no sin sus mascotas) no se entiende el trato cruel y despiadado que los humanos les proporcionan. De nuevo vuelven a salir del paso, y nos cuentan que la esclavitud simia se ha convertido en un lucrativo negocio para el que se han dispuesto centros de internamiento y entrenamiento. (Sigo en el spolier, sin revelar demasiado).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Luego tenemos el farragoso terreno de los viajes espacio-temporales, sub trama abierta como consecuencia del viaje al pasado de Zira y Cornelius en “Huida del Planeta de los Simios”. Según Cornelius, la revolución simia comenzó con la sublevación de un tal Aldo, que era capaz de articular palabras, enseñando a los suyos a decir: NO. Sin embargo, ahora es César, el hijo de Zira y Cornelius, el que encabeza el levantamiento. Cabe suponer que, o bien dicho viaje temporal modificó la historia, o bien es la causa de los hechos narrados en “El planeta de los Simios” y “Regreso al Planeta de los Simios”, con lo que estaríamos hablando de un bucle sin fin, dado que la nave que utilizan Zira y Cornelius para su viaje ¡¡Es la nave de Charlton Heston!! (Que por cierto, a pesar de que estaba jodida y hundida, fue arreglada y rescatada por un científico simio, vete tú a saber cómo). ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?
Obviando toda la maraña de sin sentidos, la película avanza sin caer demasiado en el aburrimiento, pero repleta de escenas excesivamente inverosímiles y de alto nivel cutre. Cabe destacar el marcado carácter violento de la revuelta. Los simios no sólo luchan por liberarse, sino que existe toda una declaración de intenciones: “Todos aquellos que han sido nuestros amos se convertirán en nuestros siervos y nosotros, que no somos humanos, nos permitiremos el lujo de serlo”. Sin embargo, no logro comprender cómo los camaradas simios entienden lo que César dice sólo con palabras, pues son simios primitivos. En la declaración de intenciones de César también hay un toque indulgente: “El destino es la voluntad de Dios y si el destino del hombre es ser dominado, la voluntad de Dios es que sea dominado con compasión y comprensión”. Justo después de pronunciar estas palabras, los camaradas simios perdonan la vida al gobernador Breck. Sospecho por tanto que, en 18 años, los simios además de erguirse y realizar labores domésticas, también aprendieron el inglés, que es muy fácil si le pones interés. No obstante, la civilización ideada por César no parece contemplar la convivencia pacífica entre hombres y simios y, en un principio, tampoco nos explican cómo de una revuelta en un centro de internamiento nace “El Planeta de los Simios”. No hasta una nueva entrega de la saga, aún más cutre y absurda que esta. Pero eso, amigos, es otra historia.
PD: "El Origen del Planeta de los Simios (2011)" narra los mismos hechos (bueno, al menos conceptualmente). Obviando los prodigios de las imágenes generadas por ordenador, la película consigue explicar todo con envidiable sencillez, solventando con bastante inteligencia los puntos más inverosímiles y, lo que es más importante, atando todos los cabos.
Obviando toda la maraña de sin sentidos, la película avanza sin caer demasiado en el aburrimiento, pero repleta de escenas excesivamente inverosímiles y de alto nivel cutre. Cabe destacar el marcado carácter violento de la revuelta. Los simios no sólo luchan por liberarse, sino que existe toda una declaración de intenciones: “Todos aquellos que han sido nuestros amos se convertirán en nuestros siervos y nosotros, que no somos humanos, nos permitiremos el lujo de serlo”. Sin embargo, no logro comprender cómo los camaradas simios entienden lo que César dice sólo con palabras, pues son simios primitivos. En la declaración de intenciones de César también hay un toque indulgente: “El destino es la voluntad de Dios y si el destino del hombre es ser dominado, la voluntad de Dios es que sea dominado con compasión y comprensión”. Justo después de pronunciar estas palabras, los camaradas simios perdonan la vida al gobernador Breck. Sospecho por tanto que, en 18 años, los simios además de erguirse y realizar labores domésticas, también aprendieron el inglés, que es muy fácil si le pones interés. No obstante, la civilización ideada por César no parece contemplar la convivencia pacífica entre hombres y simios y, en un principio, tampoco nos explican cómo de una revuelta en un centro de internamiento nace “El Planeta de los Simios”. No hasta una nueva entrega de la saga, aún más cutre y absurda que esta. Pero eso, amigos, es otra historia.
PD: "El Origen del Planeta de los Simios (2011)" narra los mismos hechos (bueno, al menos conceptualmente). Obviando los prodigios de las imágenes generadas por ordenador, la película consigue explicar todo con envidiable sencillez, solventando con bastante inteligencia los puntos más inverosímiles y, lo que es más importante, atando todos los cabos.