El otro día hablando con mi pareja que estudió en la Academia de teatro, me comentaba que lo más difícil en el mundo del teatro es mostrar escenas de un día a día, la vida rutinaria, esas cosas que no interesan a nadie, y hacer de “eso” arte.

Pues aquí tenemos el talento de un gran artista, que es algo más que un director de cine, él sabe hacer de esas cosas del día a día, como unos cigarros y un buen, o mal café, arte, mostrar lo coloquial y hacerlo de una manera impresionante.

Primeramente pude ver la película “Coffee and Cigarettes” y podía sentir que cada corto tiene una autonomía propia, y así fue, cada corto se puede ver sin más, como una pequeña joya y poesía de ese día a día.

Cada corto es fantástico, y no porque estén solamente bien actuados, sino porque tratan de cosas normales que no podrían interesar para ningún guión, pero este tipo hace arte de cada una de las escenas, cada corto te mantiene en una especie de tensión, y puedes saborear el café amargo de cada taza y oler el humo rancio de los cigarrilos en mesas sucias de cafeterías.

La verdad que hacer algo bueno de esto es un reto, pero este director lo consigue, y lo hace muy bien.

Cada corto es una pequeña joya que funciona muy bien y que como película de cortos, mejor todavía.