Estimable fresco sobre los comienzos de la Reforma Protestante en la actual Austria, filmado con corrección aunque no mucha personalidad por Simon Aeby. La película es un crowd pleasure con absolutamente todo lo que hace popular a una historia: acción, historia, sangre, sexo, historia de amor, amistad, religión, política... todo tiene cabida en esta historia de dos amigos de la infancia enfrentados por el paso del tiempo y sus distintas creencias y posiciones sociales. La ambientación medieval también está bastante lograda, con unos decorados fantásticos y los hermosos paisajes naturales de Alemania como escenario natural de la historia. Una historia que da voz a los verdugos, normalmente personajes olvidados de casi todas las historias medievales.
Entre los actores, Anastasia Griffith y Peter McDonald, aunque la verdadera estrella de la función es Nikolaj Coster-Waldau. El danés es el principal atractivo de la cinta, sobre todo ahora que está tan de actualidad gracias a Juego de Tronos o Mamá, y aquí ya demuestra tener presencia, carisma y talento para interpretar personajes de todo tipo, tanto encantadores hombres de honor (como este Martin) como chulescos y ambiguos sinvergüenzas (Jaime Lannister)
En definitiva, una película que se deja ver muy bien y contiene suficientes elementos interesantes como para disfrutarla.

Lo mejor: Nikolaj Coster-Waldau, el vestuario, los decorados y la fotografía.
Lo peor: Tampoco es nada del otro jueves, y tiene un tufo bastante grande a telefilme, en parte por la plana puesta en escena de Aeby.